~Scarlett~
Solo necesitaba un "no" de él.
No me importaba si tuviera que ir igual. No me importaba si, en el fondo de su corazón, todavía no podía dejar que Ava muriera. Solo necesitaba que me dijera que estaba de mi lado. No sabía cómo bajar mis expectativas.
Después de dudar un largo rato, Sebastián me preguntó.
—Si no fuera por mí, ¿habrían sido entonces un par de hermanas amigables?
¿Era tan difícil elegirme a mí?
Ava Fuller tenía a sus padres amorosos, su verdadero hermano, y un hermano falso que la cuidaba. Aunque sea frágil, ella moriría si tan solo Sebastián Knight me decía que no quería que su esposa se sacrificara por ella ¡Nuestra sangre era rara, pero no estaba extinta!
Lo miré decepcionada. Mi decisión de intentarlo con él me pareció tan estúpida que mis mejillas se pusieron rojas de la rabia.
—¡Por favor! —le dije, escuchando mi voz tan fría como el hielo. Todo lo que pude hacer fue controlar mis manos para que no se notaran que estaban temblando. —¡No quiero que los demás me vean como una maldita matona otra vez!
Damian Vanderbilt me miró fijamente, pero mi miedo desapareció por un momento cuando la rabia me invadía. Antes de que cualquiera de ellos pudiera detenerme, me di la vuelta y salí corriendo.
Tenía mejores cosas que hacer que hablar sobre salvar a una persona que me trataba como una mierda.
La pista de baile estaba llena de gente. Tuve que abrirme paso hasta la barra, solo para ver a Lilith riendo con un mesero guapo. Pero antes de que pudiera intentar esconderme, ella me vio.
—¡Scar! —exclamó Lilith emocionada— Ay, Dios mío, ¡no lo puedo creer!
¿Ah? Caminé hacia ella. La verdad no parecía una persona que estaba haciendo algo que odiaba solo para pagar una deuda.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Me abrí paso hasta donde estaba ella — ¿Ahora eres mesera?
—¡Sí! —Lilith me sonrió, y me sentí tan feliz y relajada al ver su sonrisa brillante y genuina. Era lo más puro del mundo— ¡Este lugar tenía uno de mis cócteles favoritos, creado por este maestro del alcohol! — dijo señalando al mesero guapo con ambas manos y el chico se sonrojó.
—¿Está bien...? —Lo dijo confundido— ¿Entonces ahora querías ser mesera? ¿Tu sueño no era acaso el ser abogada?


VERIFYCAPTCHA_LABEL
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico