Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 184

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~Ava~

¿Seguía siendo el mismo papá que me consentía siempre que le hacía bromas a Scarlett?

—¡¿Por qué?! ¡Ella me robó a mí! ¡Ni siquiera podría hablar con Sebastián si no hubiera metido la cucharada en mi familia! ¡Quitarle su lugar con los Vanderbilt es solo el comienzo de lo que me debe!

—¡Tú no eres...! —Papá me gritó, pero se detuvo y habló con un tono más paciente— ¿De verdad crees que la prueba de ADN engañó a alguien? Aparte de otros métodos, ¡Scarlett es idéntica a su madre!

—¿Y.… qué? ¡Tú publicaste la noticia conmigo usando el collar! —Lo miré, horrorizada, sin estar segura de haberlo oído bien— ¡Todos saben que ahora soy la niña mimada de los Vanderbilt! ¿Y quieres anunciar que fue un error... ¡justo en mi cumpleaños?! ¡Vas a arruinarlo todo!

—Es mejor a que lo descubran después —dijo papá con firmeza.

Sus palabras me dejaron sin aliento. ¿Acaso sabía lo que me iba a arruinar la vida? ¡Todo lo que construí en el mundo del espectáculo, estaría perdido! ¡No podría vivir siendo la burla de todos!

—No... no puedes hacerme esto... —dije lentamente, con las lágrimas nublándome la vista— ¡¿Entonces por qué dejaste que engañara a Damian?! ¡Pude estar con él! Pudiste decirle que robaste a su hermana y la tuviste como esclava por años...

¡Pum!

Mis ojos se abrieron por completo del impacto. Me cubrí la cara, aturdida por el zumbido en mi cabeza mientras asimilaba que mi propio papá me había dado una cachetada. ¡Nunca me había levantado la mano, y ahora solo por esto?!

Papá miró hacia otro lado, pero vi un destello de culpa en sus ojos.

—Es mejor que piense que intentamos hacerte pasar por su hermana y fallamos, a que se ponga a investigar nuestro pasado —dijo con voz grave— Es crucial para nuestra familia. Para mí, para ti y tu madre. Especialmente para ella.

Habría reído a carcajadas de no saber que lo enfurecería. ¿En serio? ¿Mamá? ¿Qué tenía que ver ella en esto? Solo era la avaricia y el egoísmo de papá saliéndose de control.

—¿Así que decidiste sacrificarme a mí? —pregunté calmada. Sabía que él era egoísta, al igual que yo. ¿De quién más lo heredaría?