Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 292

—¡Basta ya! ¡No estábamos hablando de ti! —Scarlett frunció el ceño, defendiendo a Scott. No podía permitir que se convirtiera en el blanco de Sebastián por su culpa.

Scott podría ser el siguiente en la línea para heredar el imperio Green, pero no había pasado un solo día de su vida luchando en el mundo empresarial. ¡¿Cómo sería eso justo?!

Scott le sonrió con suficiencia a Sebastián desde detrás de Scarlett.

Sebastián estaba hirviendo de rabia. —¿Te escondes detrás de una mujer? ¡¿Es todo lo que tienes?!

—¿Se supone que debo avergonzarme por esconderme detrás de Scarlett? —Scott sonrió, sin parecer ofendido en absoluto, mientras arrastraba las palabras con esa sonrisa irritante—. No sé. Parece que estás molesto porque no puedes hacer lo mismo.

Los ojos de Sebastián ahora reflejaban un instinto asesino.

Scarlett abrió los ojos como platos. Nunca había visto a Sebastián así, perdiendo la compostura frente a alguien. ¿Sarcasmo y ataques personales?¿Realmente era ese hombre el caballero blanco que siempre dominaba cualquier habitación?

Parecía un marido común y celoso.

Lo cierto era que ¡ya no era su marido, no tenía derecho a sentir celos de los hombres con los que hablaba!

—¿Quién te crees que...? —comenzó Sebastián, pero Scarlett lo interrumpió.

—¡Esto es ridículo! —Ella se enfureció—. ¡Mi amigo y yo solo estábamos teniendo una conversación privada, que ni siquiera te involucra! ¡No tienes derecho a venir contra nosotros así!

Fue solo un ligero "mi amigo", pero esas palabras hicieron que Sebastián se estremeciera como si le quemaran.

Las hermosas cejas de Sebastián se fruncieron, su ira se extinguió como rociar agua fría sobre carbones ardientes, dejando una mirada herida en su lugar. Su garganta se movió ligeramente, pero no pudo articular palabra. Solo estaba furioso con Scott, no con ella, no quería lastimarla. Además, sabía que ella no cedería ante él. Nunca lo había hecho, y ahora era menos probable que lo hiciera.

Pero ella había tomado el lado de ese hombre.

Quería decir "por favor", pero sabía qué tipo de respuesta le esperaba. No tenía ningún derecho sobre ella, ningún crédito y ninguna esperanza. Pensaba que había aceptado su sentencia, pero al final del día, verla con otro hombre estaba más allá de su tolerancia.

¿Quién hubiera imaginado que algún día su corazón dolería tanto por ella, una mujer que creyó no querer?