Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 40

Perspectiva de Sebastián

Los cumpleaños de la abuela son lo único rescatable de este matrimonio. Lo juro.

Por un instante, creí ver a la Scar de antes, a la que sentía temblar bajo mis manos, a la que me miraba con esos ojos llenos de vida, a la que me hablaba.

Antes me contaba hasta el mínimo detalle de su vida. Incluso una nube rara fuera de su ventana la fotografiaba y me la enviaba. Ahora solo sabe hablar de ese jodido divorcio.

No quiero divorciarme.

Hay demasiado en juego: las acciones, la imagen de la empresa, la ira de mi abuela. Nunca olvido su cara cuando supo que este matrimonio fue un chantaje de Scar. No sé cómo le lavó el cerebro, pero ahora la quiere más a ella que a mí.

Scar sigue usando a Ava para sonsacarme, diciéndome que ya puedo casarme con ella. Por eso sé que aún le importo. Ella esconde su amor por mí, pero se le nota. Antes, su amor era pura dulzura, con palabras tiernas y sonrisas.

Nunca pensé que las extrañaría.

Creí odiarla, pero la verdad es que me acostumbré a ella, como la abuela. Es fría, sarcástica, pero se te mete en la vida como la raíz de árbol, silenciosa, pero perforando todo a su paso. Y cuando se arranca esa raíz, duele hasta en el alma.

Quiero volver a antes de la cirugía de Ava. Creí que así sería mi vida y me resigné. Pero ella no quiere. Clavó sus raíces en mí y ahora las quiere arrancar con saña.

Ahora solo me mira con odio, no hay nada de amor en sus ojos.

“¡Sí, maldición! La invité para humillarla, ¿ya estás contento?” Scar desvía la mirada, mordiéndose los labios para no explotar. “Total, mi plan fracasó. ¿Ya podemos cambiar de tema?”

“¡Ab... Abuela! ¿Cuándo viniste?” Scar intenta sonreír, pero el remordimiento y el pánico asoman en sus ojos por haberme gritado antes. Nunca nos peleamos delante de ella.

“¡Ahora mismo! No imaginas lo bien que me las arreglé para deshacerme de los reporteros.” La abuela abraza a Scar, sonriendo radiante y ostentando como un niño pidiendo elogios.

Pero cuando me acerco, la abuela se inclina ligeramente y me bloquea con su espalda, manteniéndome atrás.

Ya lo sé. La abuela escuchó a Scar. No dice nada para no avergonzarla, y aunque fue Scar quien me gritó, la abuela me está culpando de todo.

La abuela definitivamente ama más a Scar que a mí. No a veces, sino siempre.