Perspectiva de Damian
Estoy buscando a mi hermana.
Se perdió hace 20 años, y desde entonces no he parado de buscarla.
Todo lo que supe fue que desapareció en Dakota del Norte. Allí encontraron el cuerpo de mamá... pero no el de ella. Los policías la dieron por muerta desde hace años, diciéndonos que quizá fue devorada por un animal. ¡Qué excusa más ridícula para una familia en duelo!
Les rogué a las autoridades que no se rindieran, pero dijeron que ya hicieron todo lo que podían. Incluso quería demandarlos, pero papá me lo prohibió. Ellos no eran los culpables.
Era yo.
Y no puedo vivir con eso.
Por eso me convertí en abogado.
He visto la oscuridad de las personas, y quiero poder hacer algo cuando sucede alguna injusticia como la que pasó conmigo, o la que ha pasado con cualquiera.
Además, tener un bufete es la mejor cobertura para llevar a cabo investigaciones. Me gradué temprano, apurándome en la escuela para comenzar mi plan de búsqueda. He revisado todo Dakota del Norte en busca de mi hermana.
Y en otros tres estados.
Este es mi cuarto destino.
Siempre llevo el último diseño de vestidos de lujo en mi carro, imaginando que un día, al encontrarla, le regale algo para alegrarla antes de llevarla a casa. En mi mente, ese vestido es de ella, y nunca se lo he dado a nadie. Tengo un armario lleno de vestidos en casa, todos diseñados para ella... aunque ni siquiera estoy seguro si pudiera tener oportunidad para regalárselos.
Hasta que vi a esa pequeña gatita.
Era distinta a todas las mujeres que he visto. Y créeme, he visto de todo.
En este trabajo me he topado con todo tipo de gente. He visto mucha oscuridad, mentiras, codicia, odio, ira. Lo más común son la arrogancia y la autocomplacencia, ambas generadas por el dinero, o por no tenerlo.
Pero ella no tiene nada de eso.
Sus ojos son los más claros que he visto en años. No sintió ira cuando la rechazaron por quién es, ni amargura cuando sus amigos la pusieron en una situación incómoda. Llegó tan emocionada, pero lo primero que hizo fue entender y facilitarles las cosas cuando surgió un problema.
En ese momento, su adorable rostro parecía un delicioso trozo de chocolate, y hasta su cabello rizado me pareció lindo. Solo pensé que se merecía ese vestido, así que hice algo que nunca había hecho antes:
La cortejé.
Era tan dulce como pensaba, y más.
No puedo evitar sonreír.
"Dame tu número"
Me da su celular, feliz con su plan. ¿Quién se compromete a pagar algo en diez años a un desconocido que le dio vestido que ni quería?
Conteniendo una sonrisa, tomo su celular y guardo mi número.
"Eres ambiciosa, 300 mil dólares en diez años cuando pareces que... ¿todavía estás en la universidad?"
"Estoy estudiando Derecho." sonríe traviesamente. "Así que, confía en que te lo pagaré. Quizá antes de lo que piensas."
No lo sé, pero quizá pueda atrapar a la gatita antes de lo previsto...
"Oye, hay un nuevo bufete en la ciudad, Green & Vanderbilt. ¿Lo conoces?"
Le doy mi tarjeta.
"Soy socio de ese bufete. Si quieres pagarme el vestido en diez años... ¿te gustaría venir a hacer una pasantía con nosotros?"

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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico