Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 87

Perspectiva de Scarlett

No sé cuánto tiempo dormí, pero me siento mejor cuando la luz brillante del solo me despierta.

La habitación está vacía. Sin médicos, sin enfermeras...

Sin Adrián.

Supongo que el bebé hizo bien su trabajo.

Me advierto a mí misma de que es estúpido llorar por algo que nunca tuve, me deslizo de la dura y pequeña cama y camino hacia la ventana. La brisa al final del otoño ya no es cálida. Hace un poco de frío.

Quería que lo del bebé me librara de una conversación incómoda... ¿Entonces por qué me siento tan vacía?

Cualquiera en su sano juicio, al saber que la chica que conoció hace una semana está embarazada, huiría de cualquier romance. Él hizo lo correcto. De hecho, yo quería que lo hiciera.

No sé cómo amar a otro nombre de nuevo.

Quizá algún día sane mi corazón, pero ahora está roto, lo sé.

Ya no soy la chica valiente que ponía el amor como centro de su mundo, que se reía con su felicidad y lloraba por su dolor. Di todo eso por Sebastián. No sería justo para Adrián intentar algo con él sabiendo que no puedo darle lo mismo.

Solo... quería estar del lado favorecido por una vez.

Quería un hombre que se lanzara a rescatarme si estoy en peligro, uno que me defendiera sin condiciones, protegiéndome de toda aquella normalidad codiciosa, vil y terrible que es mi vida. Quería ser la única en su corazón, como amé a Sebastián.

Pero quizá eso esté mal. Sebastián no pareció disfrutarlo.

Tal vez soy yo la codiciosa.

Pensarías que tras casi morir sentirías alegría por vivir, pero solo me siento tan vacía que no quiero seguir viviendo. Escapé del peligro... solo para confirmar que no tengo a nadie.

Retrocedo un paso. Un millón de pensamientos gritan en mi mente, mareándome, como si flotara en una nube.

¡No puedo! Ni siquiera tendría respuesta para esa pregunta. Y además, no estoy en condiciones para responder...

"Scarlett Fuller," baja la cabeza un instante antes de mirarme solemnemente. Con sus largas piernas, se acerca a mí y se arrodilla. Sus ojos no se apartan de mí. Saca por detrás una rosa escarlata envuelta en papel negro, ofreciéndomela con las palabras:

"¿Quieres casarte conmigo?"

"¿Por... por el bebé?" Suelto, dándome cuenta de que es la peor respuesta posible. Agrego, entrando en pánico: "Lo... lo siento..."

"Está bien," Adrián sonríe con dulzura, tomando mi mano para besarla suavemente. "No, no te pido matrimonio por el bebé, sino que él me dio el valor para confesarte mis sentimientos."

A mi pésima respuesta, reacciona de la mejor forma posible.

Creo que voy a desmayarme.