Entrar Via

Entre la Pasión y el Olvido romance Capítulo 9

Dana parecía no haber notado a Pamela, y con una sonrisa cálida le dijo a Soraya:

—Sora, puedes llamarme como quieras si eso te hace feliz.

Ginés levantó la mirada, con un dejo de fastidio:

—¿Y tú qué haces aquí?

Pamela se topó de frente con su mirada distante, y lo entendió de inmediato.

Él había sacado sus propias conclusiones.

Y, como era de esperarse, Joaquín Casas, que estaba al lado, apenas vio a Pamela lanzó una frase cortante:

—Señorita Vívez, vaya que tiene talento, ¿eh? Hasta nos sigue a los lugares donde nos reunimos en confianza. Aquí todos somos personas decentes, ¿no te da pena?

Para qué más podía haber venido Pamela si no era por lo obvio.

Para pescarlo en la movida, claro.

—Esto ya no tiene gracia, Pamela. Sabes bien que Ginés no te quiere —añadió Joaquín, creyendo que tenía todo perfectamente claro, y negó con la cabeza.

Aún recordaban cómo Pamela, después de acostarse con Ginés, había arreglado todo para que unos reporteros los fotografiaran. Si Ginés no hubiera frenado el escándalo a tiempo, la familia Leyva habría quedado en ridículo.

Una mujer que apostó su reputación y su “pureza” por trepar posiciones.

Nadie la veía con buenos ojos.

Pamela ya estaba acostumbrada a esas burlas y desprecios. Los amigos de Ginés la consideraban una descarada y no perdían oportunidad para restregárselo.

Dana, por su parte, mantenía su lugar junto a Ginés, serena y dulce, sirviéndole jugo a Soraya sin levantar la vista hacia Pamela, irradiando una elegancia y confianza natural.

No le temía a la confrontación.

Pamela lo entendía perfectamente. Así es como actúa quien se sabe la favorita.

—¿No te enojas, cuñada? —preguntó Soraya, mirando a Dana con nerviosismo, temiendo que la llegada de Pamela incomodara a esa mujer que le había “quitado” a su hermano.

Dana no dijo nada. Solo sonrió con suavidad.

Ginés, tal vez preocupado de que Dana pudiera malinterpretar algo, endureció su expresión y dijo con tono seco:

—Si tienes algo que decir, vamos afuera.

Pamela bajó la mirada y sin mirar una vez más la sala, salió hacia el pasillo con él.

Ya ahí, Ginés la miró tranquilo, pero con una distancia que se sentía como un muro:

—¿Cómo supiste que estaba aquí?

Aunque su voz era calmada, estaba claro que pensaba que ella lo había seguido a propósito.

Pamela sostuvo su mirada, sintiendo un nudo en el pecho.

—No es lo que crees. No vine a buscarte. Me da igual con quién estés.

Después de todo, estaban a punto de divorciarse. Ya no tenía sentido intervenir en su vida.

—Si de verdad te da igual, ¿por qué pediste licencia médica y evadiste la crisis de imagen de Danita? ¿No crees que te estás dejando llevar demasiado por tus emociones? —Ginés sonó despreocupado, casi como si solo estuviera constatando hechos.

Pamela tenía un tío gravemente enfermo. ¿Cómo iba a dejar un trabajo tan bien pagado por nada?

No era como Dana, que sí venía de una familia de académicos y tenía estudios de sobra.

Capítulo 9 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Entre la Pasión y el Olvido