Esposa Pecadora romance Capítulo 1031

Madeline escuchó el llanto de su hijo y se apresuró a salir aún descalza.

Se apresuró a cargar al pequeño para consolarlo y alargó la mano para tomar el biberón. Sin embargo, al rozarlo con la mano, sintió que el biberón había sido usado antes y la cantidad de leche que contenía era algo menor a la que tenía antes.

Miró al pequeño pastelito que seguía llorando con una mirada de confusión.

Era imposible que este pequeño bebé hubiera tomado el biberón y se lo hubiera bebido él solo.

Pensó que podría haber sido Karen la que acababa de irse, así que Madeline no le dio mucha importancia. Después de dormir pacientemente al pequeño bebé, se secó el pelo y se acostó en la cama.

Aunque estaba muy cansada, dejó la lámpara encendida y no pudo dormir durante mucho tiempo.

Madeline abrió el cajón de la mesita de noche y sacó los dos anillos, así como la concha de mar y el marcapáginas.

Después de mirarlos cuidadosamente durante un rato, los metió en un joyero y los selló en la parte inferior del mueble.

Mirando al otro lado de la cama vacía, ella levantó la mano y acarició suavemente la almohada.

"¿Por qué el hecho de amarte acabó siendo así? Jeremy, dime por qué...", se preguntó en voz baja, sin obtener respuesta alguna.

Después de un largo rato, no hubo más movimiento en la habitación.

Jeremy, que había estado escondido detrás del armario, se ahogó de dolor en silencio.

Se acercó cuidadosamente a la cama y vio a Madeline tumbada en el lado de la cama en el que siempre solía dormir y con su mano aún sobre la almohada en la que él solía estar. Él tenía los ojos irritados y levantó con cuidado la manta para cubrirla.

Cuando Jeremy bajó la cabeza y besó el rabillo de las cejas de Madeline, descubrió que tenía cinta médica en el cuello.

¿Estaba herida?

¿Cómo era posible que se hubiera lastimado?

Se sintió angustiado y desconcertado, pero no se atrevió a quedarse demasiado tiempo por miedo a despertar a Madeline.

Jeremy salió de la habitación con ligereza, ya que no quería mantener la puerta completamente cerrada. Entonces se topó con Karen, que casualmente estaba en el segundo piso.