Esposa Pecadora romance Capítulo 1173

Madeline pudo reconocer la voz. Era la misma persona que la había estado provocando por el teléfono estos días, ¡la mujer que dijo que Lillian era la hija muda de Madeline!

Al ser reconocida, la mujer parecía estar bien preparada. Ella curvó sus labios rojos y sonrió. "Eveline, he dicho que nos encontraríamos pronto. ¿No te sorprende?".

Madeline no pudo distinguir a quién pertenecía la voz, pero aquella sonrisa maligna le recordó los rasgos faciales de alguien.

"¿Está usted ahí, señorita Montgomery?". La curiosa voz del investigador se escuchó a través del teléfono.

Madeline pensó en quitarle las gafas de sol a la mujer, pero de repente descartó esos pensamientos.

"Lo siento. Sigo siendo todo oídos", respondió rápidamente Madeline. Sin embargo, la siguiente vez que levantó la cabeza, se dio cuenta de que la mujer había desaparecido. Solo había un aroma especial que olía bastante bien.

Madeline sabía que esa mujer estaba intentando crear problemas a propósito y no se molestó en perder ni un segundo más en el estacionamiento.

Enfocó toda su atención en escuchar lo que el investigador tenía que decir. "Señorita Montgomery, los resultados muestran que los ingredientes del reactivo son todos inofensivos. Sin embargo, hay dos elementos en él que ninguno de nuestros investigadores ha visto antes".

"Si estos dos elementos se inyectan en el cuerpo humano, ¿tendrán algún efecto mortal?".

"Todos los elementos son inofensivos", respondió el investigador con un tono confiado.

Madeline dejó escapar un suspiro de alivio en silencio.

"Muchas gracias", expresó su gratitud y colgó la llamada. A continuación, entró en el ascensor.

Cuando casi se acercaba a la entrada de la sala, Madeline vio a Jeremy caminando de un lado a otro con una mirada seria. Corrió rápidamente hacia él.

"Jeremy".

Jeremy levantó sus ojos que estaban llenos de preocupación.

"¿Qué pasa, Jeremy? ¿Le ha pasado algo a Lillian?", preguntó Madeline echando una mirada a escondidas hacia la sala.

"Lillian se pondrá bien, no te preocupes", la consoló Jeremy.

Sin embargo, cuando tocó las manos de Madeline, ella notó que sus manos estaban heladas. 'Al parecer, él también estaba preocupado'.

Después de más de diez minutos, salió el médico.

Él sentía la necesidad de hacer que una mujer tan cruel experimentara la sensación de estar en el infierno.

No podría desahogar su odio si ella cayera muerta tan fácilmente.

"Lillian, dime si no te sientes bien", dijo Madeline en un tono suave. Se dio la vuelta y miró al hombre que estaba detrás de ella. "Jeremy, ven a hablar con ella".

Jeremy se recompuso, mostró una mirada amable y se dirigió al frente de la cama. "Lillian".

Él habló gentilmente y estiró su mano hacia la pequeña mano de ella. Sin embargo, en cuanto entraron en contacto, Lillian retiró las manos como si estuviera en un estado de conmoción. Ella frunció el ceño y empezó a llorar.

Jeremy sintió un escalofrío en el fondo de su corazón. Su mano seguía flotando en el aire.

Lillian, sintiéndose agraviada, se dio la vuelta y se lanzó a los brazos de Madeline. Sus lágrimas eran como un collar de perlas rotas mientras las gotas caían al suelo una a una.

Madeline también estaba perpleja por la reacción de Lillian. La llevó rápidamente a sus brazos.

"¿Qué pasa, Lillian? No llores. Mamita y papito están aquí".