Esposa Pecadora romance Capítulo 1398

En ese momento de inquietud, Madeline se adelantó y tomó el teléfono de la mano de Jeremy.

"Soy la esposa de Jeremy Whitman, y también la hija de la mujer que secuestró. Yo llevaré el dinero si eso es lo que deseas. ¡Siempre y cuando me prometas la seguridad de mi madre, con gusto te llevaré el dinero!".

El hombre aceptó de inmediato. No esperaba que Madeline fuera tan fuerte y carismática. "Qué personalidad tan despreocupada tienes, Señora Whitman. Es justo que yo también cumpla mi palabra. Todo lo que quiero es que me paguen por cuidar de su madre, nada más. Págame y tendrás a tu madre de vuelta. ¡Te espero!".

El hombre colgó la llamada. Justo en ese momento, Jeremy recibió una llamada del banco diciéndole que el dinero estaba listo.

Madeline se preparó para ir al banco a por el dinero. Luego iría a buscar a Eloise. Sin embargo, Jeremy era reacio a dejarla ir así sin más.

"No puedes ir sola, Linnie". La preocupación llenaba la expresión del hombre mientras se negaba a soltarla.

Madeline entendió lo que Jeremy sentía y se giró para dedicarle una sonrisa al hombre. "Me cuidaré mucho, Jeremy. También sé que no me dejarás sola allá, ¿verdad?".

Jeremy comprendió inmediatamente lo que Madeline quiso decir. Era plenamente consciente de que no podría detener a Madeline, pero eso no significaba que la dejaría enfrentarse al peligro sola. Sin duda, Jeremy encontraría la forma de vigilarla desde las sombras.

Jeremy finalmente aflojó su agarre solo para que Sean ocupara su lugar sujetándola. El corazón de Sean se aceleró frenéticamente. "¿Tienes que ir personalmente, Eveline? Estoy muy preocupado por ti. Yo también estoy preocupado por tu madre".

Madeline esbozó una sonrisa tranquilizadora. "Jeremy me protegerá. Volveré a casa con mamá".

Sean soltó a Madeline a regañadientes, ya que ella era su única opción en ese momento.

Karen se acercó para recordarle amablemente. "Ten cuidado. Ven a cenar a casa, ¿vale? Te estaremos esperando".

"Sí", respondió Madeline. "¡No puedo esperar a tomar tu sopa!".

Karen dejó escapar un suspiro de alivio, pues nunca había esperado vivir un día tan tranquilo con Madeline. Allí estaba ella, arrepintiéndose de no haber tratado mejor a su nuera en aquel entonces.

El cielo ya había empezado a oscurecerse.

Madeline tomó el dinero y se dirigió hacia la dirección del intercambio.

El hombre encendió un cigarrillo y extendió sus manos como garras hacia Madeline.

"¿Dónde está el dinero?".

Madeline señaló la caja que tenía en la mano. "El dinero no corre, y antes de nada quiero ver a mi madre".

El hombre mordió el cigarrillo y señaló la puerta de al lado. "Tu madre está ahí adentro".

Madeline se acercó de inmediato solo para que el hombre la detuviera y le arrebatara ferozmente el maletín que tenía en sus manos. "¡Dame el dinero!".

El hombre era codicioso y empujó a Madeline bruscamente.

El tobillo de Madeline se torció y ella se tambaleó hacia atrás. Terminó golpeando una puerta que se abrió de golpe.

Perdiendo el equilibrio, ella cayó hacia atrás y estuvo a punto de levantarse. Sin embargo, la escena que tenía ante sí la dejó estupefacta. "¡Mamá!".