Esposa Pecadora romance Capítulo 1688

Además de consolar a Cathy, Madeline no sabía qué más podía hacer en ese momento.

Media hora más tarde, Jeremy condujo de regreso a la playa de Colina Abril.

Al ver a Jeremy, Cathy se apresuró a acercarse para interrogarlo.

"Jez, ¿te has reunido con él?".

Jeremy se enfrentó a Cathy, quien tenía una mirada expectante, y asintió levemente con la cabeza. "Sí".

"Bueno, ¿de qué... de qué hablaron?".

Al recordar la petición de Felipe antes de irse, Jeremy hizo una pausa antes de hablar.

"Él espera que puedas vivir una vida dichosa".

La afirmación escueta se sintió como una espada fría que atravesaba el corazón de Cathy.

La mirada de expectativa en sus ojos se desmoronó lentamente hasta que el viento se llevó los restos de su destrozada esperanza, y la luz de sus ojos se desvaneció por completo.

Una vez llevaron a Cathy de regreso a casa, Jeremy condujo a Madeline de vuelta a la casa de Adam.

Adam estaba en el hospital por una consulta.

Madeline se dio cuenta de que algo le estaba pasando a Jeremy desde su regreso de la reunión con Felipe. Como era incómodo preguntarle a él teniendo a Cathy en el coche antes, ella estaba esperando ese momento para preguntar. "Jeremy, ¿de qué hablaron cuando fueron a ver a Felipe? No es tan simple como lo que le contaste a Cathy, ¿verdad?".

Jeremy ya había decidido informarle a Madeline antes, pero no había esperado que ella se diera cuenta tan rápido.

"Linnie, en serio me conoces bien". Jeremy no pudo evitar suspirar. "Sí, eso no fue lo único que hablamos".

"¿De qué más hablaron entonces?".

"Me pidió que hiciera algo por él".

Shirley miró a Jeremy con admiración. "Es a ella a quien pretendo atormentar. ¿No sería un desperdicio de esfuerzo si te atormentara a ti?".

"Shirley, tú...".

"Jeremy".

Madeline interrumpió a Jeremy con un tono suave. Se encontró con los ojos sonrientes de Shirley con una mirada tranquila y aguda.

"Jeremy, deja que siga atormentándome. Después de todo, la Señorita Brown ha dicho que mi vida no se arruinará tan fácilmente pase lo que pase. En ese caso, mientras viva, creo que podré soportar cualquier tortura y sufrimiento que se produzca".

Shirley se rio. "La Señora Whitman ciertamente no es una mujer ordinaria. Ya que eres tan valiente, espero que puedas sobrevivir al próximo recrudecimiento".

Mientras llevaba a cabo su profundo discurso, echó un vistazo a la casa. Su mirada se fijó en el calendario por unos segundos.

"Ah, no me extraña que él no esté. Al parecer, hoy es ese día".