Esposa Pecadora romance Capítulo 1740

“No sé si su pierna se recuperará, pero estoy segura de que tienes una manera de curar su cara, ¿verdad?”.

Cuando Cathy preguntó esto, sus ojos brillaban.

Ella creía que Adam tenía esta habilidad.

Después de que ella preguntó eso, ambos cayeron en un breve momento de silencio.

Adam parecía estar pensando en algo. Después de un rato, levantó la cabeza y miró a Cathy con una pequeña sonrisa en su apuesto e impecable rostro.

“Gracias, Cathy”.

“Si me das las gracias, me estás tratando como a un extraño. Adam, eres como un miembro de mi familia, así que no tienes que ser cortés conmigo”.

Miembro de su familia.

Cuando esas cuatro palabras llegaron a los oídos de Adam, él se sintió feliz y decepcionado al mismo tiempo.

Sin embargo, se sentía más encantado que nada.

Después de todo, un miembro de la familia era más importante que un amigo; era una presencia especial.

Shirley fue trasladada a la sala de un hospital privado.

Después de estar inconsciente durante un día, se despertó en mitad de la noche.

A pesar de sentirse muy débil cuando levantó la mano, utilizó todas sus fuerzas para tocarse la cara.

La gruesa capa de vendas en su mejilla demostraba que lo que había sucedido antes no era un sueño, sino la realidad. Su rostro había quedado realmente desfigurado.

Shirley sintió que su corazón se enfriaba y, cuando estaba a punto de moverse, se dio cuenta de repente de que sus piernas no le respondían. Ella quería moverse, pero no podía. Incluso había perdido la sensibilidad en las piernas.

‘¿Cómo es posible?’.

Je.

Ella se rio fríamente de sí misma. Este era el karma.

Esto era el karma, en efecto.

Shirley apretó los dientes y agarró la manta con fuerza. Miró a Adam, quien dormía profundamente, y movió lentamente la parte superior de su cuerpo.

En ese momento, ella solo quería irse. Tenía que salir de ese lugar aunque fuera a rastras.

Sin embargo, su falta de energía y las heridas sufridas tras el accidente no le permitirían hacerlo. Además, debido al veneno de su cuerpo, tenía dificultades para respirar. ¿Cómo iba a salir de ese lugar arrastrándose?

Sin embargo, Shirley seguía decidida. Soportó el dolor debilitante para intentar moverse de nuevo, pero su cuerpo se inclinó hacia un lado y perdió el equilibrio antes de caer directamente al duro suelo.

Sin embargo, en ese momento, un par de manos cálidas la sujetaron.