Esposa Pecadora romance Capítulo 1745

Adam terminó de inyectarla con tranquilidad y luego su mirada se desvió hacia el rostro con expresión hostil de Shirley. Él no tenía la menor intención de dar explicaciones y no podía molestarse en discutir con Shirley sobre esto.

El hombre miró a Cathy, quien estaba de pie junto a la cama, y le dijo con amabilidad: “Cathy, deberías volver a casa. Yo la cuidaré”.

Cathy negó con la cabeza. “Todavía puedo vigilarla. Tú debes estar muy agotado hoy”.

Adam miró sin entusiasmo a Shirley. “No puedo evitar ser pariente de esta persona”.

Sonaba disgustado al pronunciar esto.

“...”. Shirley se quedó sin palabras.

Cathy había querido volver a aconsejar a Adam que descansara, pero también supuso que Adam podría querer hablar con Shirley, así que no habló más.

“Traeré el desayuno mañana. Tú también deberías descansar pronto, Adam”, dijo Cathy y tomó su bolso.

Adam acompañó a Cathy a la entrada y no olvidó recordarle: “Ten cuidado”.

Tras despedirse de Cathy, Adam volvió a la habitación del hospital.

El color había vuelto a la cara de Shirley, quien tenía mejor aspecto que antes. Al menos el veneno ya no la estaba atormentando. Sin embargo, las heridas de la cara y las piernas no se iban a curar tan fácilmente.

“¿Cómo te has herido la cara? También tienes heridas en las piernas”, preguntó Adam con frialdad, sin dedicar otra mirada a Shirley.

Shirley se rio levemente y se inclinó hacia atrás. “Fue Eveline. Ella hizo que alguien me hiciera esto”.

Adam se quedó brevemente congelado y luego levantó los ojos. “¿Has dicho que Eveline estuvo detrás de esto?”.

Al ver la reacción de Adam, Shirley sonrió con aún más desdén. “Sabía que reaccionarías así. Prefieres creerle a esa mujer que a tu hermana biológica”.

“Bueno, así que todavía recuerdas que eres mi hermana, ¿eh?”, preguntó Adam. "Deberías reflexionar sobre tus acciones mientras estás aquí. Además, te puedo asegurar que Eveline nunca le pediría a nadie que te hiciera esto".

Adam habló con severidad y luego se dio la vuelta para salir de la habitación. Él cerró bien la puerta tras de sí.

Era la mitad de la noche cuando sacó el viejo cuaderno para encontrar una foto entre las páginas.

La foto mostraba a una familia de cuatro personas. Era la foto que él había recogido y guardado después de que Shirley rompiera el marco de la foto.

El rabillo de los ojos de Adam se secó al mirar la foto.

“Hermana”.

¿Podría aún recuperar a su hermana proactiva que había estado llena de vida, que solía dar la cara por él?

Era pasada la medianoche.

La luz del estudio de Carter seguía encendida.

Él contestó una llamada tras otra, pero aun así, nadie tenía noticias de Shirley para él.