Esposa Pecadora romance Capítulo 1757

Lillian y Fabián oyeron gritar a Madeline.

Los dos miraron en dirección a Madeline al mismo tiempo; Lillian se inclinó hacia Madeline, pero Fabián la sostenía con fuerza.

"¡Suelta a mi hija!", le gritó Madeline a Fabián mientras consolaba a Lillian. “No tengas miedo, Lily. Ahora voy por ti”.

Sin embargo, Fabián, sin hacer caso de las palabras de Madeline, abrió la puerta del coche y entró rápidamente con Lillian en sus brazos.

"¡Lily! ¡Lily!".

Madeline gritó repetidamente, pero el coche ya había comenzado a alejarse. Era demasiado tarde para detenerlo.

Como podía usar el GPS para rastrear la ubicación de Lillian, Madeline corrió de regreso al estacionamiento y se subió a su coche para perseguirlo.

Aunque nunca había conducido tan rápido en su vida, tenía el control total del volante.

Madeline alcanzó rápidamente el coche en el que estaba Lilian.

Fabián estaba en el asiento trasero con Lillian en sus brazos. A través del espejo retrovisor, pudo ver que el coche de Madeline estaba justo detrás de ellos.

“Acelere cuando sea seguro hacerlo”, le ordenó Fabián al conductor.

"Sí, Joven Amo Fabián", respondió el asistente de Fabián.

"Mami".

Lillian llamó de repente a su madre.

Fabián se volteó y vio que las adorables cejas de Lillian estaban fruncidas mientras miraba fijamente, a través de la ventana de vidrio de la parte trasera del coche, al coche de Madeline que se acercaba detrás de ellos.

Parecía que la pequeña podía reconocer el coche de su madre.

Fabián estaba desconsolado, pero se mantuvo firme en su decisión.

Fabián lo examinó cuidadosamente y finalmente encontró un pequeño dispositivo de rastreo GPS en la parte inferior del cangrejo.

Luego comprendió cómo Madeline pudo seguirlos con precisión. Esta era la razón.

“Continúa acelerando y gira a la izquierda”, le ordenó Fabián al asistente que conducía.

Madeline seguía de cerca el coche que tenía delante cuando vio que el coche aceleraba de repente y giraba.

Cuando Fabián vio que Madeline también aceleró, quitó lentamente el chip que estaba adherido a la jadeíta de Lillian y bajó la ventanilla del coche.

“Lily, hay algo sucio en la superficie. Déjame tirarlo por ti".

Después de decir eso, puso su mano fuera de la ventana y aflojó su agarre.

El pequeño chip se perdió instantáneamente en el viento.