Esposa Pecadora romance Capítulo 1768

“¿Cómo es posible que sea difícil? ¡Todos los niños que has tratado se han recuperado!”.

“Sí, pero esos niños han tenido suerte. No sé si ella tendrá la misma suerte”. Evan levantó un poco la ceja y en su bello rostro se dibujó una mirada preocupada.

“Fabián, después de mi examen, estoy seguro de que su anterior médico ha diagnosticado mal a esta niña”.

“¿Diagnóstico erróneo?”. El corazón de Fabián comenzó a acelerarse, y había una mirada expectante en sus ojos. “¿Quiere decir que Lily no está enferma en absoluto?”.

“No”. La expresión de Evan parecía aún más solemne. “Está enferma, y es aún más grave de lo que le diagnosticaron antes. Por eso no ha mejorado después de todo este tiempo”.

“...”.

Fabián no sabía qué decir ante eso. Sentía como si le hubieran abierto el corazón y una frialdad que le helaba los huesos se estuviera extendiendo por sus extremidades.

Se sentía aturdido, pero aún recordaba lo que quería preguntar. Sin embargo, su tono sonó débil cuando habló.

“¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Sigue siendo curable?”.

“Sí”, le respondió Evan a Fabián de forma afirmativa. Sin embargo, se apresuró a añadir: “La condición es que hay que encontrar una médula ósea adecuada para someterla a un trasplante”.

¡Trasplante de médula ósea!

Aunque Fabián no era un profesional, sabía lo difícil que era encontrar una médula ósea adecuada para un trasplante.

Había esperanza, pero era muy pequeña.

“Bien, ¿parece que la chica no puede hablar?”, preguntó Evan con curiosidad. “Incluso después de examinarla tantas veces, aparte de parpadear y sonreír, no ha dicho ni una sola palabra”.

Cuando Evan mencionó esto, además de sentir pena por Lillian, Fabián sintió aún más remordimiento e inquietud.

Aunque él no era la razón por la que Lillian había terminado así, Lana era su hermana, después de todo. Todavía era responsable, en cierta forma. Además, tenía que asumir esa responsabilidad.

Incluso después de encender las luces del estudio, Fabián seguía sintiendo que su visión y su corazón estaban extremadamente oscuros.

Se sentó frente a su escritorio y encendió su ordenador portátil. Luego abrió una carpeta, y dentro de ella había notas que parecían un diario. El que había escrito estas notas era su hermano, Yorick.

Fabián había leído estas palabras muchas veces e incluso podía recitarlas de memoria. Sin embargo, seguía leyéndolas cada día para recordar lo que debía hacer.

Más tarde, buscó las fotos de Madeline y Jeremy en su computadora portátil. Cuando vio las fotos, su mirada cambió.

“No esperaba que nos convirtiéramos en enemigos”.

Su tono era frío e indiferente, pero al mismo tiempo, estaba impregnado de cierto remordimiento.

Después de decir eso, su teléfono empezó a vibrar.

Cuando vio quién era la persona que llamaba, contestó lentamente el teléfono...