Esposa Pecadora romance Capítulo 1796

Sin embargo, a los ojos de Fabián, este dibujo no tenía precio.

La torta tenía incluso las tres palabras: “Feliz cumpleaños, Fab”.

Qué letra más bonita.

Fabián sintió que una delicada flor florecía gradualmente en su corazón, y miró los ojos de Lillian, que brillaban como una noche estrellada.

“Lillian, ¿qué te parece si comemos el pastel juntos?”, invitó Fabián con una sonrisa. “Aunque solo puedes comer un poco”.

Lillian frunció los labios para formar una dulce sonrisa y luego asintió.

En la silenciosa noche, Fabián sostuvo el plato en una mano mientras alimentaba a Lillian bocado a bocado.

Lillian sonrió alegremente. Bajo la cálida luz de la habitación, parecía una pequeña hada cuya sonrisa revelaba dulces hoyuelos que parecían poder curar a Fabián.

“Cuidaré de ti hasta que te hayas recuperado por completo, Lily. Si todavía estás dispuesta cuando llegue el momento, puedo seguir cuidando de ti después”.

Fabián prometió esto y extendió la mano para despeinar la parte superior de la cabeza de Lillian, pero al pensar que ella no tenía ni un mechón de pelo en la cabeza, solo pudo retirar la mano y acariciar la mejilla de la pequeña en su lugar.

“¿Dejarás que te cuide, Lily?”.

Lillian parpadeó y miró a Fabián con seriedad.

Ella no podía hablar, pero su mirada ya expresaba sus intenciones.

Fabián vio entonces que Lillian extendía su mano y sostuvo suavemente la suya antes de colocar su pequeña mano en la palma de Fabián.

El corazón de Fabián se aceleró inexplicablemente. Cuando él estaba a punto de agarrar con fuerza la pequeña mano, Lillian retiró su mano, lo cual reveló un solo trozo de caramelo que tenía tranquilamente en la palma.

Un caramelo. Tenía un significado único entre ellos.

Fabián sonrió repentinamente aliviado al ver el caramelo.

‘¿En qué estoy pensando?’.

‘Ella es solo una niña de cinco años. Es imposible que tenga pensamientos tan complejos’.

De repente, recordó que Jeremy había dicho que estaba seguro de que Madeline llevaba el reactivo antitoxina, así que Fabián se dirigió rápidamente hacia el coche.

Intentó abrir las puertas del coche y se dio cuenta de que no estaban cerradas. Tras abrir las puertas del coche, vio inmediatamente el teléfono y el bolso de Madeline en el asiento del copiloto.

El teléfono ya se había quedado sin batería. Fabián tomó el bolso y lo abrió. En su interior, vio la jeringuilla bien cerrada que contenía el reactivo antitoxina.

Estaba seguro de que se trataba del reactivo antitoxina que había mencionado Jeremy.

Sin pensarlo mucho, Fabián agarró el bolso y el teléfono de Madeline, y se subió a su coche para correr inmediatamente al hospital.

Jeremy había quedado al lado de Madeline toda la noche. Rezaba para que se despertara pronto, pero también le preocupaba que Madeline se despertara con una condición peor que la de la noche anterior.

Aun así, seguía esperando que Madeline se despertara.

La persona con la que Jeremy más quería contactar en ese momento era Fabián. Él estaba seguro de que Madeline había colocado el reactivo antitoxinas en su bolso que llevaba consigo a todas partes, pero el bolso no estaba por ninguna parte. Si podían encontrar ese bolso, podrían aliviar el estado de Madeline.

En ese momento, la puerta de la habitación del hospital se abrió de repente.