Esposa Pecadora romance Capítulo 1909

Cuando Madeline entró, vio a la profesora de Jackson.

Cuando la maestra escuchó que Madeline no había visto a Jackson, sintió curiosidad. "¿Ha ido al baño? Jackson es un niño muy inteligente, así que no se iría con un extraño. No se preocupe, señora Whitman".

Madeline también estaba segura de que su hijo no se iría con un desconocido, así que se dio la vuelta y se dirigió al baño para buscar a su hijo.

Llegó a la entrada del baño, pero como no podía entrar, llamó varias veces junto a la entrada.

"Jack, ¿estás ahí?".

"Jack, si estás ahí, contéstame, por favor”.

"Jack...".

Cuando Madeline llamó, un joven maestro salió del baño.

Al ver que Madeline buscaba a su hijo, le dijo amablemente: "Señora, no hay nadie más en el baño. ¿No encuentra a su hijo?".

Madeline asintió y su corazón empezó a acelerarse.

¿Podría ser que Carter estuviera un paso adelante de ella? ¿Él ya le había pedido a alguien que tomara medidas contra su hijo?

Mientras Madeline pensaba frenéticamente en esto, escuchó de repente una voz familiar e infantil detrás de ella.

"Mami, estoy justo aquí".

Madeline giró bruscamente la cabeza al escuchar eso.

Vio a Jackson, que llevaba su uniforme escolar y su sombrero, mirándola obedientemente mientras parpadeaba, y Madeline finalmente se sintió aliviada.

"¡Jack!".

Madeline corrió hacia Jackson, se agachó y sujetó los hombros del niño.

"Jack, ¿a dónde fuiste? ¿Por qué no me esperaste en la entrada?".

Él le dio de inmediato a Madeline una respuesta que la tranquilizó. "No te preocupes, mami. Recordaré lo que dijiste".

"Buen chico".

Madeline sonrió y lo elogió. Luego pisó el acelerador.

Ella levantó los ojos para mirar al pequeño desde el espejo retrovisor. Su pequeña y apuesta carita y la mirada de sus ojos empezaban a parecerse cada vez más a la de Jeremy.

Ella creía que este chico sería muy destacado en el futuro.

Sin embargo, en el presente, ella estaba preocupada por Carter. Ese hombre podría actuar contra sus hijos solo para vengarse.

"Mami, no dejas de mirarme, pero recuerda conducir con cuidado", le recordó Jackson mientras parpadeaba con sus grandes ojos.

Madeline organizó sus pensamientos y sonrió mientras respondía: " Entendido. Conduciré con cuidado y te llevaré a casa a salvo".

"Ajá". El pequeño presionó los labios y gruñó una respuesta arrogante.