Esposa Pecadora romance Capítulo 2382

Naya casi rugía al decir eso. Ella gritaba y amenazaba a Ava frenéticamente.

Los padres de Naya se sintieron muy angustiados y ansiosos al ver esta escena frente a ellos.

Naya se había colapsado mentalmente por completo.

Su futuro estaba arruinado.

Sin embargo, Ava se limitó a mirar a la loca de Naya con mucha indiferencia. No sentía ninguna emoción en su corazón e incluso quería reírse un poco.

Si estaba sintiendo algo, entonces sería paz y felicidad.

Naya, la psicópata que siempre le causaba problemas a Ava, finalmente se había metido en problemas esta vez.

Poco después de que Naya se declarara culpable, se determinaron sus cargos.

Aunque tenía múltiples cargos en su contra, declaró firmemente que los apelaría.

Ava no la tomó en serio. Después del veredicto, ella y Madeline abandonaron la corte.

Apenas salió por la puerta, el sol brillante la iluminó. Parecía que la última pizca de frigidez primaveral se había esfumado.

Ava cerró los ojos cómodamente y respiró profundamente. Luego, abrió los ojos con una sonrisa.

"El sol se siente muy bien hoy, Maddie. Vamos a dar un paseo juntas".

Obviamente, Madeline aceptó. Ella y Ava sonrieron tácitamente, y luego salieron tomadas del brazo.

En aquel entonces, él estuvo a favor de que Naya se convirtiera en su nuera. Ahora que esto había sucedido, se sentía muy avergonzado.

Daniel bajó en ese momento, estaba a punto de salir con prisa. Cuando el Viejo Amo lo vio, lo detuvo rápidamente. "Daniel, aún no te has recuperado completamente, así que deberías quedarte en casa y descansar. No andes corriendo todo el tiempo".

"Voy a buscar a Ava. ¿Por qué no me dijiste que la audiencia de Naya era hoy?".

"¿Por qué debería? Esa mujer está más allá de la redención. Manipuló el coche de Ava y casi te mata. ¿Por qué querrías ir a su audiencia?".

La madre de Daniel puso los ojos en blanco al decir eso. Ella estaba muy enfadada.

"Ella incluso admitió que me dio imitaciones en aquel entonces. Además, dijo que era ciega, así que yo no podía diferenciar entre las imitaciones y los productos reales. Qué pequeña rata malvada".

Daniel ignoró los continuos regaños de su madre y se dirigió directamente a la puerta sin decir una palabra.