Esposa Pecadora romance Capítulo 2383

"¡Dan, Dan!". La madre de Daniel intentó detenerlo, pero fue inútil.

Ella suspiró molesta. "Viejo Amo, viste eso. Dan ha perdido la memoria, pero sigue preocupándose tanto por Ava, lo que demuestra que Dan es incapaz de dejarla ir. Ahora que Naya está así, es imposible que Dan tenga una relación con ella. Viejo Amo, ¿dejarás que Ava se una a nuestra familia esta vez?".

"Mmm". El Viejo Amo Graham resopló. "Ya que no pudo unirse a nuestra familia en aquel entonces, ni siquiera debería pensar en unirse en el futuro. Muchas cosas sucedieron por su culpa".

"Así es". La madre de Daniel asintió. "Si no fuera por Ava, Dan se habría casado con Naya hace mucho tiempo y todo esto nunca habría pasado. De hecho, Naya fue forzada a ser así".

"En cualquier caso, esa mujer Long no puede unirse a esta familia. De lo contrario, nuestra familia nunca tendrá paz". La actitud del Viejo Amo Graham era muy firme.

La madre de Daniel no dijo nada, pero le pareció una pena. El matrimonio con los Méndez estaba arruinado y parecía que tampoco había esperanza con los Long.

Desde que Naya fue condenada a prisión, la madre de Naya se pasaba el día corriendo con el equipo jurídico del Grupo Méndez y los principales bufetes de abogados. Buscaba el mejor abogado para ayudar a Naya a presentar su apelación.

Al final encontró un abogado, pero la apelación todavía fue rechazada.

Naya fue acusada de múltiples delitos, y todos ellos estaban relacionados con la vida humana. Por lo tanto, no tenía ninguna posibilidad de apelar.

Cuando la madre de Naya se enteró del resultado, su corazón se hundió instantáneamente.

Solo tenía una hija, Naya.

Siempre había protegido a Naya y la había consentido desde que era una niña. Nunca pudo regañarla, pero ahora, Naya había acabado así. Su madre no podía aceptarlo.

Por otra parte, Raegan pensaba que Naya tenía el castigo que se merecía. Lo que más deseaba era que Naya no volviera a molestar a Ava.

Solo después de que Ava se estabilizara, se dio cuenta de que la persona que le había echado el agua hace un momento era la madre de Naya.

"¡P*rra! Ava, ¡p*rra!". La madre de Naya señaló a Ava y la maldijo. Ya que era la hora de salir del trabajo, mucha gente pasaba por la puerta, por lo que Ava se convirtió naturalmente en el foco de atención de muchos empleados.

Al ver el cuerpo empapado de Ava, muchos empezaron a hablar entre ellos. Habían visto las horribles noticias sobre Naya, pero no sabían que la persona que regañaba a Ava en ese momento era la madre de Naya. Era inevitable que empezaran a murmurar entre ellos. Pensaban que Ava había hecho algo vergonzoso, por lo que esa persona había venido a darle una lección.

Ava escuchó los insultos de la madre de Naya hacia ella, pero aun así levantó tranquilamente la mano para limpiarse el agua del rostro.

"Señora Méndez, hoy estoy de buen humor. No voy a discutir con usted por su rabieta de hoy, pero si sigue estropeando mi buen humor, puedo mandarla a ver a su preciosa hija en prisión".

"Tú... ¡P*rra!". Los ojos de la madre de Naya estaban inyectados en sangre por la ira. "Ava, será mejor que duermas con un ojo abierto. Has hecho que mi querida hija pase casi el resto de su vida en prisión. No dejaré que tengas un día de paz".