Esposa Pecadora romance Capítulo 398

'Todavía estás viva, Maddie'.

'Sin mencionar que ahora tienes una buena vida'.

'Gracias al cielo...'.

Después de revelarles la verdad, Madeline les contó a los dos todo lo que había pasado los últimos tres años; así como lo que planeaba hacer.

Con ojos llorosos, Ava suspiró y se giró para mirar a Daniel, que estaba desanimado. "De ninguna manera, Maddie. ¡En serio vas a casarte con Jeremy, de nuevo! ¡Casi te mata! Por tu matrimonio con Jeremy, nos obligaste a Dan y a mí a usar este método, para que admitas tu identidad".

Con eso, Ava chocó orgullosamente su hombro con el de Madeline.

"Sabía que todavía te importaba, Maddie. Tienes nota máxima en esta prueba".

Madeline sonrió, luego se puso seria. "Mi matrimonio con Jeremy es obligatorio. Tengo que casarme con él".

"¿Por qué?". Ava no podía entender. "¿Olvidaste cómo te trataban, él y Meredith?".

"Debido a como me trataron, es que debo volver a casarme con él". La mirada de Madeline era decidida. "Dejaré que los que me hicieron daño sepan del dolor que sentí".

Ava y Daniel sabían que no debían insistirle a Madeline, cuando vieron la determinación en sus ojos.

Ava tuvo que quedarse en el hospital debido a su lesión en la pierna, así que Daniel envió a Madeline a la intersección.

Bajo el calor del sol otoñal, reconoció los rastros de juventud de sus recuerdos, en las definidas cejas de Madeline y la leve sonrisa que adornaba su rostro.

"¿Me darías la oportunidad de cuidarte, cuando tu plan de venganza haya terminado, Madeline?".

Mientras permanecía callada, descubrió los síntomas de una confesión romántica, en los ojos de Daniel.

Madeline sonrió, con pesar. "Gracias por preocuparte por mí, Dan, pero me he dado cuenta de que el momento también importa. Quizá fuiste la persona adecuada, en el momento equivocado".

"¿Aún amas a Jeremy?".

"¿Amor?". La palabra era extremadamente irónica, cuando se usaba con Jeremy.

Oh, cómo lo había amado, tanto que tiró su dignidad y a sí misma en nombre del amor. Sin embargo, todo lo que obtuvo a cambio fue la pérdida de su primogénito. Pensando en ello, ahora, su amor era casi lamentable.

Por eso, ya no lo amaba.