Esposa Pecadora romance Capítulo 485

Al escuchar la declaración de Jeremy, Madeline comenzó a reírse con un tono burlón.

A pesar de su risa, sus ojos se humedecieron, cuando el viento del mar sopló a su alrededor.

"¿Acaso escuchas lo que dices, Jeremy?". Aunque se burló, sus ojos rebosaban de lágrimas no derramadas. "¿Me estás diciendo que me has amado, desde el momento en que nos reencontramos, y, sin embargo, me has hecho tanto daño?".

La expresión de Madeline se ensombreció más, al mencionar la palabra "amor".

"¿Es esto lo que significa amar a alguien, Jeremy? Estar enamorado significa que deseas lo mejor para esa persona. ¡No romperla, destruirla y torturarla!".

Madeline dejó salir la rabia que llevaba dentro, mientras sus lágrimas empezaban a caer por sus mejillas, junto a la brisa marina.

Cayeron sobre el dorso de la mano de Jeremy, el calor de las lágrimas abrazando su carne.

"No necesitas mentirte a ti mismo, Jeremy, y yo no necesito que me mientas. A quien has amado todo este tiempo ha sido a Meredith; puedo verlo en la forma en que la proteges, a pesar de las cosas malas que ha hecho. Sin embargo, ¿qué hiciste cuando me calumniaron y reprendieron? Me dejaste fuera en la carretera, bajo la lluvia torrencial. Me dejaste para que muriera".

Jeremy se atragantó en una agonía silenciosa, ante sus palabras.

Abrió los brazos para sostener a Madeline, entre ellos. "Deja de hablar, por favor...", suplicó en voz baja, con un tono débil.

Madeline luchó por zafarse del abrazo de Jeremy, pero fue en vano.

Enfurecida, levantó un puño para golpearlo contra su pecho, y gritó: "¡Suéltame, Jeremy! ¿Por qué no puedo seguir hablando? Si tuviste las agallas para hacerlo, ¿por qué no puedes tener las agallas para escucharlo?".

"¡Me pisoteaste, una y otra vez, cuando estaba tan profundamente enamorada de ti! Incluso hasta el día en que ‘morí’, seguiste felizmente con Meredith. ¿Tienes la más mínima idea de lo que se siente cuando te rompen el corazón? Ojalá hubiera muerto de verdad, porque incluso eso dolería menos".

Los brazos de Jeremy se tensaron, mientras asimilaba cada palabra de rabia que Madeline le lanzaba.

Cada una de ellas se clavaba en su corazón, como dagas, llevándolo a un nuevo nivel de dolor insoportable.

No se atrevía a revivir aquel recuerdo, lleno de sangre; mucho menos a verla "morir" en sus brazos, de nuevo.

Las lágrimas caían libremente de los ojos de Jeremy, en silencio, mientras su garganta le dolía con cada trago que daba.