Esposa Pecadora romance Capítulo 498

Como una hormiga en una sartén caliente, Karen llamó a Jeremy.

No mucho después de su llegada, llegó Felipe.

Vestido con un traje negro, el aura normalmente elegante y caballerosa de Felipe estaba teñida de un golpe de dominación.

Al darse cuenta de que el Viejo Maestro Whitman, Jeremy y el resto de la familia Whitman estaban presentes, Felipe hizo que su asistente le entregará un documento, antes de ir directamente al grano.

"Esta casa es ahora mía. Considerando nuestra relación, te doy un día para empacar todo y mudarte".

Karen se levantó de un salto y señaló con un dedo a Felipe, con rabia. "¡Felipe, maldito! ¿Cómo has podido maquinar para arrebatar los bienes, a nombre de los Whitman? Ya te quedaste con la Corporación Whitman, ¿pero ahora te llevas también la casa de retiro del Viejo Maestro? No tienes conciencia".

Felipe sonrió, despreocupado. "¿Conciencia?".

Sus ojos oscuros brillaban con un destello irónico.

"No estaríamos aquí si ustedes tuvieran conciencia".

"¿Qué...? ¿Qué intentas decir?".

Felipe se burló y se encontró con la profunda mirada de Jeremy, sin ahorrarle a Karen otra mirada.

"Madeline no se habría atado al borde de la muerte, si tuvieras la más mínima conciencia".

Entonces, se volvió para mirar a un silencioso Viejo Maestro Whitman, la escarcha en sus ojos gritando de odio.

"¡Mis padres nunca habrían muerto de forma tan dolorosa, si no fuera por tu falta de conciencia!”.

"¿Quiénes sois vosotros, una panda de desalmados, para acusarme tan ostensiblemente de no tener conciencia?".

Karen se enfureció. Quiso levantar la voz, pero la dura mirada de Felipe había ahuyentado todo su valor para hacerlo.

La mirada de Jeremy se endureció y su expresión se volvió inmediatamente feroz. "No toques a Jack, Felipe. Te advierto que tampoco intentes acercarte a Madeline. Nunca nos hemos divorciado, lo que significa que sigue siendo mi esposa. No intentes acercarte a ella".

"¿Qué? ¿No te divorciaste de Madeline?", Karen exclamó, conmocionada. "¿De qué estás hablando, Jeremy? ¿No te divorciaste de esa b...? ¿No te divorciaste de ella, hace tres años? ¿Cómo...?".

El teléfono de Felipe sonó, cortando a Karen.

Mirando el identificador de llamadas, Felipe sonrió y miró a Jeremy mientras aceptaba la llamada. "Vera".

Su voz era suave, un marcado contraste con su tono frío de hace unos segundos.

Una tormenta se gestó detrás de los ojos de Jeremy mientras miraba con ojos de hielo a Felipe, que en ese momento estaba en una llamada con Madeline.

A continuación, escuchó las suaves palabras de consuelo de Felipe. "Relájate. Voy a estar allí. Espérame".