Esposa Pecadora romance Capítulo 499

Jeremy sintió un tirón en su corazón.

Inmediatamente trató de llamar a Madeline, una vez que terminó la llamada de Felipe con ella, pero no cupo duda de que Madeline ya había puesto su número en la lista negra.

Felipe rió por lo bajo.

"No desperdicies tu energía. Madeline me ama, ahora. Todo lo que siente por ti es odio".

La expresión de Jeremy se ensombreció. "¿Qué pasó con Madeline, Felipe? ¿Qué te ha dicho?".

"No es de tu incumbencia", respondió Felipe con frialdad. "No tienes derecho a preguntar por Madeline, otra vez".

"¿A quién le importa lo que le pase a esa mujer?". Karen acosó con confianza a Felipe, por detrás, antes de que Jeremy pudiera hablar, reteniendo a su hijo.

"Esa Madeline ayudó a Felipe. Es su culpa que nuestra familia esté así, ahora, Jeremy. ¿Por qué sigues pensando en ella? ¿Qué te pasa? ¿Has olvidado lo mucho que la odiabas, al principio?".

Jeremy le arrebató el brazo con fastidio. "Deja tu nariz fuera de los asuntos de Madeline y míos".

"¡Jeremy, Jeremy!".

"Dejad de gritar", habló finalmente el Viejo Maestro Whitman, tras un largo lapso de silencio. "Vuelvan a sus habitaciones y hagan las maletas. Nos iremos, mañana".

"¿Qué?". Karen abrió los ojos, incapaz de aceptar semejante acuerdo. "¿De verdad vamos a darle esta casa a Felipe, Viejo Maestro? Dijo que usted mató a sus padres. ¿Qué pasó? Creía que sus padres habían muerto en un accidente de coche. ¿Qué...?".

"¡Suficiente! Recojan sus cosas y váyanse".

Karen frunció los labios con indignación. "¿A dónde nos vamos a mudar? ¿De verdad tenemos que mudarnos y vivir en ese tipo de apartamentos de doscientos pies cuadrados? De ninguna manera me voy a ir".

Karen resopló mientras subía las escaleras, guardando frenéticamente todas sus joyas y objetos de valor, a pesar de sus palabras, por temor a que se los llevaran para pagar la deuda.

…

En el otro extremo estaba Jeremy conduciendo detrás de Felipe, mientras llegaban a una de las muchas calles de la ciudad.

Desde lejos, los ojos de Jeremy se posaron en Madeline, que estaba de pie junto a un coche.

Su corazón se sentía estéril, como si se hubiera perdido uno de los momentos cruciales de la vida de Madeline.

Jeremy se adelantó para sujetar la delgada muñeca de Madeline, justo cuando estaba a punto de irse con Felipe. "No te vayas con él, Eveline".

Madeline se detuvo y miró hacia arriba. "Suéltame".

Esa única palabra, fue todo lo que dio.

El agarre de Jeremy se tensó, por reflejo. "No dejaré que te vayas con él. Eres mi esposa".

"¿Esposa?". Madeline se burló, antes de apartar la mano de Jeremy y rodear con sus brazos la de Felipe. "Vamos, Felipe".

"De acuerdo". Felipe asintió con una suave sonrisa, antes de lanzar a Jeremy una mirada fría y burlona desde el rabillo del ojo.

El viento frío soplaba en medio de la concurrida calle, mientras la soledad llenaba el corazón de Jeremy.