Esposa Pecadora romance Capítulo 787

Madeline ya no se resistió. Pensando que esta podría ser la única alegría y felicidad que se le podría dar a Jeremy, antes de su despedida, lentamente levantó los brazos para abrazarlo con fuerza y ​​tomó la iniciativa de besar sus labios…

Al día siguiente.

Madeline se despertó de un sueño largo y profundo. Jeremy ya no estaba en la cama y el calor que le quedaba se había ido, pero su olor aún permanecía en su nariz.

Extendió la mano y acarició suavemente la almohada en la que había dormido.

‘Jeremy, creo que si fueras yo, también tomarías la misma decisión’.

‘No hay nada más importante que la seguridad y la salud de nuestros niños’.

Después de que Madeline se había duchado y cambiado de ropa, vio a Karen caminar hacia ella, tan pronto como salió de la habitación.

Karen gimió enojada, tan pronto cuando vio a Madeline. “Jeremy se levantó hace tres horas y le preparó el desayuno a Jack. Incluso envió al niño al jardín de infancia, después de comer, y ahora tiene que ir a trabajar. ¿Cómo puedes tú, como esposa, dormir tan tranquilamente?".

Madeline se ajustó el abrigo, tranquilamente. “¿Acaso mi hijo es solo mío? ¿Existe alguna ley que estipule que las esposas deben levantarse temprano, para hacer el desayuno y enviar a sus hijos a la escuela, todos los días?”.

"No hay ninguna ley que lo estipule, pero esta tradición se ha transmitido durante miles de años", dijo Karen con confianza.

Madeline se rio entre dientes. “El siglo dieciocho ya pasó, suegra. ¿Sigues viviendo en el pasado?”.

“Tú…”.

“¿Cuándo no he hecho el desayuno y la cena para Jeremy, desde que me casé con él hace seis años? ¿Pero a él le importaba? Es hora de turnarse".

“¿Qué quieres decir con turnarse? ¿Quieres que Jeremy te sirva, por el resto de su vida?".

Madeline no quería discutir más con Karen, pero pensó en las amenazas y demandas de Felipe.

“En aquel entonces, él rompió toda mi fantasía y felicidad hacia el matrimonio. Hoy, le devolveré el doble".

“Eveline, tú…”.

“¿Qué quieres decir con 'tú'? ¿De verdad crees que yo todavía sentiría algo por él? ¿Un cabrón que me echó al infierno? ¡Ja! Solo estoy bromeando y jugando con él. No lo he amado, durante mucho tiempo. Incluso si había un poco de agrado anteriormente, todo se ha ido ahora”, dijo Madeline calmada y decidida, antes de darse la vuelta con gracia.

Sin embargo, tan pronto como su pie aterrizó en el primer escalón de las escaleras, la vista de Jeremy, que estaba parado al pie de las escaleras, se reflejó en sus pupilas.

El hombre sostenía un ramo de Aliento de Bebé, de color azul pastel. Su cuerpo alargado y esbelto, era noble y elegante, pero su rostro hermoso y decidido estaba lleno de emociones complejas y perturbadas.

Madeline estaba segura de que Jeremy había escuchado lo que le había dicho a Karen, en ese momento.

Había escuchado cada palabra.