Esposa Pecadora romance Capítulo 843

Los ojos de Jeremy se oscurecieron cuando escuchó lo que dijo Madeline.

Sin embargo, sus ojos se volvieron fríos, de nuevo. "Sé que solo dices esto para proteger al hijo de Felipe, pero Eveline, tienes que abortarlo".

“¡Jeremy! Si te atreves a obligarme a tener este aborto, ¡nunca te perdonaré mientras viva!". Madeline miró al hombre sin expresión y, en ese momento, ella estaba emocional. "Si te atreves a herir al niño que hay en mí, entonces deberás matarme primero".

Madeline pasó junto a él con las manos temblorosas.

Si ella no hubiera preguntado, su hijo habría muerto.

Ella sintió un escalofrío, cuando pensó en ello.

Sin embargo, antes de que pudiera ir muy lejos, Jeremy la detuvo.

"¡Suéltame!", ella forcejeó.

"No puedes tener este hijo", enfatizó Jeremy. De repente, él cargó a Madeline por la cintura y entró en el quirófano.

El corazón de Madeline se hundió. “¡Jeremy, bájame! ¡No permitiré que lastimes a mi hijo! ¡Jeremy!".

Ella agarró el cuello del hombre con fuerza, pero el hombre se mantuvo firme.

“¡Jeremy! ¡Este es tu hijo! ¡Si haces esto, te arrepentirás!".

"¡Incluso si es mi hijo, no puedes quedártelo!". El hombre rugió. De repente, sintió un nudo en la garganta que le dificultaba respirar.

Cuando Madeline escuchó esto, ella quedó sorprendida. Sus ojos se pusieron rojos. "¿Qué dijiste? Jeremy, ¿qué dijiste?”.

El hombre la miró a los ojos llorosos. "No puedes tener este hijo".

Él repitió lo que dijo, con firmeza, y Madeline sintió como si un cuchillo le atravesara el corazón.

Él la llevó a la mesa de operaciones, cuando ella se estaba distrayendo. Luego, él aprovechó esta oportunidad para mirar al médico. "Póngale la anestesia".

Ella se sentó lentamente. Luego, cuando vio al hombre entrar en la habitación, recordó lo que sucedió antes de desmayarse.

Madeline sintió que su cuerpo se enfriaba. Cuando recordó cómo su hijo se había convertido en un charco de sangre, a causa de Jeremy, sintió como si mil cuchillos le hubieran cortado el corazón.

‘Jeremy, ese era tu hijo. ¡Era tu carne y tu sangre!’.

"Estás despierta". Jeremy se acercó a la cama.

Él miró los ojos rojos de Madeline. Él notó que ella lo miraba con resentimiento y odio, en sus ojos.

Él fingió no darse cuenta y dijo con calma: "Linnie...".

¡Paf! Madeline no le permitió continuar su oración y le dio una fuerte bofetada en la cara.

El hombre giró la cabeza hacia un lado y se humedeció los labios pálidos. Luego, él se volteó para mirarla de nuevo, con calma.