Esposa Pecadora romance Capítulo 852

"Jeremy, cuando estaba embarazada de Jack y Lily, no estabas interesado en mí ni preocupado por mí. ¿Quieres que esté triste, como cuando tuve mis dos embarazos anteriores?".

Ella se levantó.

"Me voy. No te preocupes. No te mataré, pero ni siquiera pienses en matar al niño que llevo dentro".

"Linnie".

Jeremy quería detener a Madeline, pero ella se fue sin mirar atrás.

Su herida comenzó a doler de nuevo, pero no era nada comparado con el dolor en su corazón.

‘Linnie, la felicidad que siento al saber que estás embarazada de nuevo con mi hijo, es equivalente al dolor que siento al saber que estoy a punto de perderlo’.

‘Sin embargo, nada es más importante que tú, en mi corazón’.

Aunque Madeline no podía olvidar a Jeremy, ella sabía que no podían descubrirla.

Ella salió del sótano en silencio y se dio la vuelta, para ver a un guardaespaldas entrando.

Felipe era un salvaje.

Él no era tan gentil y sereno como parecía. Por el contrario, era extremadamente astuto e intrigante.

Incluso tuvo la idea de encerrar a Jeremy allí.

En los días siguientes, Madeline tuvo que encontrar numerosas excusas para ahuyentar a los guardaespaldas y poder cambiarle la ropa a Jeremy.

Una herida de bala no era lo mismo que una herida normal, por lo que era mucho más difícil de curar.

Ella también recibió una bala antes, por lo que sabía que no era una sensación agradable.

En los días siguientes, Jeremy se veía mucho mejor. El color incluso comenzó a regresar a su rostro.

Ese día, Madeline alejó a los guardaespaldas como de costumbre, para cambiar la ropa de Jeremy.

Sin embargo, ella todavía estaba enojada con él, por decirle que abortara al niño de una manera tan cruel. Por lo tanto, ella solo le cambiaba la ropa sin hacerle caso.

Él estaba hablando de Lillian.

Felipe le tendió la mano, cuando la vio callada. “Acércate, a menos que quieras ver que le pase algo malo”.

Madeline no tuvo elección. En ese momento, ella solo podía caminar hacia Felipe.

Cuando Jeremy vio eso, se levantó abruptamente, pero las cadenas restringían sus movimientos.

Sin embargo, él no se rendiría así. Él tiró de las cadenas con fuerza y ​​trató de caminar hacia Madeline. Sin embargo, no importó cuánta fuerza él ejerció, sus pies permanecieron en el mismo lugar.

"¡Eveline, no vayas con él!".

Él continuó gritando: "Si me has estado ignorando deliberadamente por mi seguridad, todo este tiempo, ¡te digo desde ahora que no tienes que hacerlo! Eres mi mujer y eres la única a la que hay que cuidar. ¡No deberías tener que protegerme!”.

“Eveline, ¿me escuchas? ¡No quiero verte fingir cortesía con otro hombre, incluso si yo muriera bajo su pistola!”.

"¡Eveline!".