Esposa Pecadora romance Capítulo 968

"¿Quién le pidió a sus padres que me investigaran?". A Lana no le molestó. Para ella, el dinero y el poder eran mucho más valiosos que la vida humana.

"Hans, Eveline es bastante guapa. ¿Será que te estás enamorando de ella?", preguntó Lana, mientras se acercaba a Jeremy.

"¿Cómo puede compararse una mujer aburrida como ella conmigo? Solo es guapa, pero la belleza no lo es todo".

Lana confiaba en su encanto. Al ver que Jeremy permanecía en silencio, sonrió para halagarlo.

"Hans, ¿me estás culpando de haber ido demasiado lejos? Tienes que entender que no podemos dejar que la gente se entere del origen de los Estigia Johnson. Si no, nos meteremos en problemas. No quieres que me pase nada, ¿verdad?".

Jeremy sonrió superficialmente, después de escuchar eso. "Por supuesto que no".

"Sabía que no lo harías". Lana sonrió tímidamente, mientras intentaba acercarse a Jeremy para darle un beso. Sin embargo, Jeremy, de repente, le pidió al conductor que se detuviera.

"Hans, ¿a dónde vas?".

Los ojos de Jeremy eran inexpresivos, mientras decía: "Creo que estoy yendo demasiado suave con Eveline. Necesito regresar".

Los ojos de Lana se iluminaron. "Hans, ¿qué quieres hacerle?".

"Quiero que sienta aún más dolor".

¿Más dolor?

Lana estaba encantada con esa respuesta.

Sin embargo, después de que Jeremy bajara del coche, no fue a buscar a Madeline. Por el contrario, se dirigió a la Mansión Montgomery que había sido quemada hasta los cimientos.

Sintió una extraña sensación de familiaridad cuando miró el suelo.

Sintió como si hubiera estado allí antes.

Entró por la puerta y el olor a quemado seguía siendo igual de fuerte.

Era un lugar enorme y se había quemado así de fácil. Obviamente, no fue un simple incendio.

Madeline se dio la vuelta al oír ruidos, y cuando vio el cuerpo alto y delgado de Jeremy, sus ojos se volvieron severos. "¿Qué estás haciendo aquí? ¿Quieres destruir las pruebas de que provocaste el incendio?".

Jeremy no se inmutó. "Si yo fuera el responsable, no estaría aquí".

"Eh, claro. Tienes una mujer que te limpia hasta el c*lo, así que por supuesto puedes hacer lo que quieras". Se burló Madeline. "Esta es mi casa. Aunque ya no quede nada, no voy a permitir que un asesino a sangre fría como tú ponga un pie dentro. Vete".

Los ojos de Jeremy se volvieron afilados, y hubo un destello de dominio en su mirada. Se acercó a Madeline. "Puedo hacer lo que quiera y nadie puede detenerme. Ni siquiera tú".

Extendió la mano para atraer a Madeline hacia él. "Te lo dije, una mujer fuerte solo provocará el dominio de un hombre. Eveline, parece que ya has despertado mi interés hacia ti".

Pretendió besarla, pero Madeline se defendió con todas sus fuerzas. "¡No me toques, b*stardo!".

Sin embargo, Jeremy no la soltó. Mientras se peleaban, desgarró la camisa de Madeline.

Su delicada clavícula y sus redondos hombros fueron descubiertos. Sin embargo, él no se fijó en ellos. Cuando vio el colgante de concha descolorido alrededor del cuello de Madeline, sobre su pecho agitado, sintió como si su espíritu hubiera abandonado su cuerpo.