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Fingí Mi Muerte: La Venganza Es Mía romance Capítulo 12

Cuando el carro llegó al aeropuerto, Oriana tomó aire hondo, sujetó con fuerza la manija de su maleta y entró decidida al vestíbulo de salidas.

Al despegar el avión, cerró los ojos y volvió a inhalar. Sentía un cosquilleo en el pecho, como si una vida entera se quedara atrás.

—Adiós, Oriana.

—Hola, Esperanza.

...

En la boda, la música flotaba tranquila sobre el lujoso crucero. Las lámparas de cristal repartían destellos plateados por todo el salón, y el ambiente era de cuento de hadas... hasta que un evento inesperado rompió la armonía.

Los invitados se miraban entre sí, cuchicheando con rostros llenos de confusión y asombro.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde está la novia?

—No me digas que se arrepintió y se fue...

...

Mientras el murmullo crecía, un grupo de personas vestidas de blanco entró al salón cargando un ataúd.

Los empleados de la Agencia de Muerte Fingida se acercaron con paso decidido. Uno de ellos extendió un documento con calma impresionante.

—¿El novio? Señor Ibañez, este es el certificado de defunción de la señorita Oriana. Se quitó la vida.

El amigo de Federico, Lisandro, se apresuró a sujetarlo cuando lo vio tambalearse.

—¡Federico, cálmate! Tal vez todo sea un malentendido.

Los ojos de Federico se llenaron de lágrimas mientras gritaba desesperado:

—¡Sí, seguro es un error! ¡Oriana...! ¿Cómo podría estar muerta?

Tropezó hasta el ataúd, aferrándose al borde con fuerza, como si pudiera arrancar a Oriana del fondo de un sueño.

Pero al ver el rostro de la mujer dentro, su cuerpo se desplomó; parecía que le hubieran arrebatado el alma. Recibió el certificado con manos temblorosas y la voz quebrada.

—No puede ser... hace unos días estaba bien, ¿cómo pudo suicidarse? ¡Ustedes se están equivocando!

[Estacionamiento subterráneo.]

[El carro todavía huele a nosotros. Ah, y Federico me prometió tu collar. Ahora el "Amor Eterno" es mío.]

[Estoy embarazada, ya tengo dos meses. El papá está feliz, ¿sabías? Esta noche vamos a celebrar con todos los fans. ¿Por qué no vienes a ver si se te pega la alegría?]

[Síguelo, te espera una sorpresa.]

[Oriana, aunque mañana se casen, ¿tú crees que si yo le llamo, no va a dejarte plantada por venir conmigo? Si tienes tantita dignidad, deberías darme el lugar de señora Ibañez antes de que te lo quite yo.]

...

—Es mi culpa. No debí mentirle ni meterme con Marisol...

El nombre de Marisol le atravesó la mente como un relámpago. Federico levantó la cabeza, furioso, y marcó su número.

En cuanto contestaron, Federico explotó:

—¡Marisol, dime qué le hiciste a Ori! ¡¿Por qué se suicidó?!

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