Oriana observó cómo Federico sostenía a Marisol con una ternura que solo se reserva a los tesoros más valiosos del mundo. Su rostro estaba iluminado por una alegría inconfundible, la de quien está a punto de convertirse en padre.
¿Marisol estaba embarazada?
¿El bebé era de Federico?
¿Ellos ya iban a tener un hijo?
Oriana no supo ni cómo logró regresar a la casa. Caminó como un fantasma, sin sentir el cuerpo, perdida entre pensamientos que dolían como puñaladas. La oscuridad de la casa solo era interrumpida por el tenue resplandor del celular, esa luz azulada que parpadeaba entre las sombras, amenazando con desaparecer en cualquier momento. Justo cuando parecía que todo se apagaría, apareció una notificación: un mensaje de Marisol.
Era una foto del resultado de un examen de embarazo.
Y también un enlace a una transmisión en vivo.
[¡Voy a ser mamá! Ya tengo dos meses, y el papá del bebé está que no cabe de la emoción. Esta noche queremos celebrar este notición con todos nuestros fans, ¡ojalá tú también te unas para compartir la buena vibra!]
Los dedos de Oriana comenzaron a temblar. El frío que sentía en la punta de los dedos se le fue directo al corazón. Sin pensarlo, abrió el enlace de la transmisión y, casi por reflejo, presionó el botón para grabar la pantalla.
En segundos, Marisol apareció en cámara, vestida con ropa de embarazada y una sonrisa radiante de felicidad que casi cegaba. Sostenía la hoja del examen y, entre risas, compartía la noticia con sus seguidores, contagiando su entusiasmo.
El chat se llenó de mensajes de felicitaciones y bendiciones.
De pronto, una mano grande y elegante apareció en la imagen. Oriana la reconoció al instante. Esa mano la había acariciado tantas veces, la había abrazado, había secado sus lágrimas y, alguna vez, le puso un anillo en el dedo...
Pero ahora, esa misma mano acariciaba con delicadeza el vientre de Marisol.
—Aunque tú no estés cansada, el bebé sí necesita descansar. Anda, hazle caso. Es momento de dormir —dijo una voz grave y envolvente.
En ese momento, los fans enloquecieron y empezaron a mandar mensajes pidiendo que el novio de Marisol mostrara la cara.
El chat se llenó de súplicas y bromas. Entre todas, sobresalió una que le heló la sangre a Oriana.
[¿Soy yo, o esa voz se parece a la del señor Ibañez?]
Pero el comentario pronto se perdió entre una avalancha de otros mensajes.
Marisol sonrió tímida mientras Federico entrelazaba sus dedos con los de ella.
—Él no puede salir en cámara —dijo, con una sonrisa coqueta—. Es un hombre muy ocupado, así que sean comprensivos.
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