-Llamen a todos en el departamento de seguridad para una reunión aquí ahora mismo -gritó. -¡Esta bola de inútiles! No sé por qué me molesto en alimentarlos. ¿En realidad me necesitan para que los alinee?
—¡Espera! —Cuando vio a su secretaria correr para notificar al departamento, el gobernador Zhang añadió:
—Llama a Huang Yuming y pídele que me espere en mi oficina. Lo veré primero.
Huang Yuming llegó al poco tiempo. Huang Yuming se sentó en la oficina del gobernador Zhang, no se veía muy bien. No era educado ni si quiera cerca de un pez gordo como el Gobernador Zhang.
-Estás muy tranquilo, ¿no? -Huang Yuming no tomó nada de té.
-Si estuviéramos un solo minuto más tarde, todo Tianhai...
Había una capa de sudor frío en el rostro del gobernador Zhang.
-¿Cómo está Yuzhen?
—Con mi gran jefe cerca, estará bien.
-¿Y el chico?
Huang Yuming levantó la mirada y había una sonrisa fría en sus labios.
—Lo mandamos de vuelta con la familia Yu.
El gobernador Zhang no se atrevió a preguntar más.
—El gran jefe dijo que quiere que Donghai sea una ciudad muy especial. La seguridad es la parte más importante. Tuvimos suerte de que nada sucediera en esta ocasión. -Huang Yuming fue directo al grano-. Pero si esto vuelve a ocurrir, no puedo garantizar que mi gran jefe se mantenga tranquilo y no se enoje.
—Chang, el gran jefe quiere hacer algo por esta ciudad. Si no ponemos todas nuestras fuerzas y esfuerzos en trabajar duro, ¿no lo defraudaremos?
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