Qin Mu sólo tenía que hacer una llamada y usar el nombre de Gao Cheng para asustar tanto al jefe de Star Entertainment que él mismo le llevaría los boletos en persona. Se regodeó por dentro. El vino se ponía cada vez más delicioso y las mujeres se venían cada vez más apetitosas que antes. Sabía que pronto aprenderían a esforzarse para servirle bien.
―Los contactos son lo más importante que hay que tener hoy en día. Hoy, en Shenghai, es más útil conocer a alguien de la familia Gao que a alguien del círculo legal.
Qin Mu estaba feliz de tener ese contacto. Antes de que la familia Gao tuviera control sobre Shenghai, él era sólo el compañero de borracheras de Gao Cheng, pero ahora que los Gao se había vuelto los dirigentes del círculo ilegal, la posición de Gao Cheng había subido mucho; prácticamente era de la realeza. Qin Mu incluso había visto a un gobernador inclinarse respetuosamente ante Gao Cheng.
―Mi familia también puede aprovechar esta oportunidad para escalar de posición. ¡Ja, ja!
Mientras tanto, en Star Entertainment.
Jiang Ning y Lin Yuzhen habían llegado. Wang Wei no se atrevió a preparar algo especial. Sabía que Jiang Ning mantenía un perfil bajo y no le gustaban esas fanfarrias.
Se sentaron juntos en la oficina y Wang Wei les llevó té. Lin Yuzhen, Ye Qingwu y Su Yun parecían no quedarse sin tema de conversación. Jiang Ning se sentó en silencio a escuchar a Wang Wei mientras lo ponía al tanto de cómo iba la compañía. Sin embargo, no estaba interesado en dirigirla. A Jiang Ning no le importaba una pequeña agencia de artistas. Ni siquiera valía tanto.
―Ya hice lo más que pude para preparar este concierto y no habrá problemas. También hablé con el departamento de relaciones públicas del Grupo Lin para aprovechar la oportunidad para darle exposición al nuevo producto.
Wang Wei sabía que Jiang Ning había comprado la compañía y lo había hecho jefe no sólo porque quería dejar que Ye Qingwu cantara en paz. Toda publicidad que pudiera ayudarle al Grupo Lin tenía que hacerse bien.
―Bueno, adelántate y deja todo eso listo. No tienes que reportarte conmigo, de todos modos no entiendo nada de estas cosas ―dijo Jiang Ning entre risas.
Wang Wei le ofreció una taza de té. Sabía que confiaba en él y estaba agradecido por eso.
―No se preocupe, hermano Ning. Prepararé todo.
Wang Wei conocía el campo. Conocía bien la industria, así que no había problema con que se lo dejaran.
―Si te encuentras con asuntos problemáticos que sean difíciles de resolver, avísame ―añadió Jiang Ning.
―¿Tantos?
Jiang Ning frunció el ceño. Era casi como quitarle dinero de su propio bolsillo. Era el dios de la guerra del este, ¿por qué tendría que gastar dinero en esta zona?
―Así es en el círculo legal.
Claro que Wang Wei sabía que era como robarle dinero, pero parecía no tener de otra. Jiang Ning era poderoso e increíblemente rico, pero seguía siendo del círculo ilegal No era fácil para alguien del círculo ilegal encarar a alguien del círculo legal.
―Esta cultura es terrible.
Jiang Ning sacudió la cabeza no dijo nada más. Sacó su teléfono e hizo una llamada. Wang Wei no lo interrumpió.
―Fei ―dijo Jiang Ning―. El círculo legal de Shenghai tiene una mala cultura. ¿Estoy organizando un concierto y tengo que lamerles las botas? Sí, haz que cambien sus modos.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Héroe Retrasado