Héroe Retrasado romance Capítulo 518

Una figura se escurrió desde debajo de la mesa. Tenía el rostro y las orejas ruborizadas y el cabello un poco desaliñado. Se arregló rápido e ignoró lo que había dicho Qin Mu. Fue de prisa a abrir el sobre que estaba en el escritorio y eran los boletos para el concierto.

―¡Eres increíble, joven amo Qin! ―chilló la chica―. De verdad son diez boletos.

Qin Mu resopló con soberbia, como si para él no fuera nada. Sólo eran diez boletos para un concierto. Al ser buen amigo de Gao Cheng, podía diez autos y se los darían.

―También soy increíble para otras cosas ―se rio Qin Mu―. Te mostraré.

―¡Qué travieso eres!

Qin Mu se acostó con ella en la oficina toda la tarde y acabó satisfecho. Incluso un poco cansado. Cuando llegó a casa, su padre, Qin Long, estaba sentado en la sala. Tenía el ceño fruncido y parecía que apenas había escapado de la muerte. Resopló cuando vio que Qin Mu había vuelto.

―Otra vez te fuiste de fiesta, ¿verdad? Siempre haciéndote el tonto todo el día.

―¿Por qué me regañas en cuanto llego a casa, papá?

Eso le molestaba a Qin Mu. Qin Long tomaba las decisiones en la familia desde que él nació. Sus resultados eran pobres y no era bueno para nada, así que sólo se las había arreglado para empezar una compañía con el dinero que su madre le había dado y con eso vivía. Pero ahora era amigo de Gao Cheng y las cosas eran diferentes.

―¿Crees que quería regañarte? ―Qin Long estaba furioso―. ¿Sabes cuántos problemas me causaste al pedirme que te consiguiera boletos para el concierto?

―Diez ―respondió Qin Mu con expresión engreída.

―¿De dónde los sacaste? Qin Long estaba prácticamente chillando. Comenzó a temblar de ansiedad.

―Pues del director de Star Entertainment, claro ―respondió con calma Qin Mu―. Pedirle sólo diez boletos fue portarme amable con él.

POF.

Las piernas de Qin Long cedieron y se desplomó en el suelo. De verdad Qin Mu le había pedido diez boletos a Star Entertainment. Qin Long sintió que se le había salido el alma del cuerpo. El gobernador a cargo de su oficina había pedido sólo cinco y lo habían echado y puesto en la lista negra. Estaba arruinado por el resto de su vida. Y ahora, Qin Mu dijo que había pedido diez. ¡Estaba acabado! Era hombre muerto. ¡Hijo desleal!