―Papá, ¿qué estás haciendo?
Qin Mu estaba anonadado. Sólo había pedido diez boletos. Qin Long no tenía por qué estar tan escandalizado, ¿o sí? Gracias a su conexión con Gao Cheng, Wang Wei no se negaría incluso si le hubiera pedido cincuenta. Si Wang Wei no se los hubiera dado, podía olvidarse de asistir. Qin Mu alargó el brazo para ayudar a Qin Long a levantarse mientras decía con cierto desdén:
―De hecho, yo quería que me diera cincuenta…
¡PAF!
Antes de que pudiera terminar de hablar, Qin Long lo abofeteó con fuerza. ¡¿Cincuenta?! Eso significaría la muerte de toda la familia.
―Papá, me…
¡PAF!
Qin Long lo golpeó otra vez. Tenía los ojos enrojecidos como si se hubiera vuelto loco. Su voz se volvió temible.
―¡¿Cincuenta?! ¿Querías cincuenta? ¿Estás intentando hacer que nos maten a todos?
Qin Mu estaba totalmente confundido.
―¡Devuélvelos! ¡Ahora!
Qin Long estaba volviéndose loco y al borde de las lágrimas. Agarró a Qin Mu del cuello y dijo en tono desagradable:
―Si le causas problemas a la familia Qin, el primero que muera serás tú.
Su expresión amenazante hizo que Qin Mu palideciera del miedo.
―¿Qué está pasando?
Ni siquiera sabía lo que había ocurrido. Sólo había pedido diez boletos, ¿Por qué la familia tendría problemas a causa de ello? No obstante, nunca había visto esa expresión en la cara de Qin Long. Era demasiado escalofriante.
Qin Mi se aferró a la pierna de Qin Long y comenzó a lamentarse y llorar. Ya no se veía altanero ni despreocupado y le temblaba la voz a causa del miedo.
―Jo, jo, tú causaste este desastre, así que resuélvelo tú mismo. Si puedes devolver los boletos, hay esperanza para ti. Pero si no… ―Qin Long resopló y lo pateó―. Entonces nunca fuiste mi hijo. ―Qin Long se mofó y lo empujó a un lado―. ¡Nunca fuiste mi hijo!
Luego se fue enfurecido mientras Qin Mu temblaba. Qin Mu se levantó a tumbos y salió volando por la puerta.
―¡Devolverlos! Tengo que devolver esos boletos ―murmuró para sí mismo. Aún sentía las piernas débiles a causa de lo que había hecho durante la tarde pero no podía perder tiempo en eso. Corrió tan rápido como pudo a Star Entertainment.
Mientras tanto, Wang Wei estaba sentado en su oficina y disfrutaba una taza de té. Había pedido que alguien le comprara todo tipo de hojas de té y los estaba probando uno por uno. Estaba intentando encontrar el más delicioso porque a Jiang Ning le gustaba tomar té.
Después de que todos se fueron a descansar, Wang Wei no tenía ningún pendiente, pero de todos modos volvió a la oficina y se fue a su propia habitación. Estaba esperando a alguien.
―Mmm, no debe tardar. ―Wang Wei sonrió ligeramente para sí mismo―. El hermano Ning dijo que esta cultura no era buena y necesitaba un cambio.

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