Héroe Retrasado romance Capítulo 728

—Jefe, ¿qué pasa? ¡Vamos!

—Jefe, ¿por qué sigue ahí parado? ¡Vamos a tomar algo y a matar a todas esas personas de Donghai! —El resto de los que iban detrás se dirigieron a la puerta y se congelaron al instante igual que Yang Xu. Era como si de repente un rayo los hubiera paralizado.

—¡Aaah! —Uno de ellos soltó de repente un grito y sacó a todos de su aturdimiento.

El rostro de Yang Xu estaba pálido y él temblaba. No podía creer lo que estaba viendo. Todos sus hombres... ¡estaban muertos! Tenía un mar de sangre ante él. Los cadáveres estaban apilados como una montaña y esparcidos por todo el suelo. Eran más de 300; entre ellos, había más de veinte luchadores muy bien entrenados, así como un poderoso luchador con nivel de Gran Maestro que ahora mismo estaba siendo estrangulado. Su cabeza se inclinó hacia un lado y dejó de respirar, cayó con un ruido sordo.

Jiang Ning levantó la vista y vio que alguien había salido. Sin importarle, lanzó al luchador con nivel de Gran Maestro a un lado como si fuera un perro muerto en la pila de cadáveres.

—No esperaba que más nadie viniera. En este caso, los liquidaré a todos de un solo golpe —dijo Jiang Ning con tono de calma.

Estas palabras hicieron que Yang Xu y sus hombres sintieran de inmediato que sus almas abandonaban sus cuerpos. Vieron todos los cadáveres amontonados y fueron testigos de cómo Jiang Ning mató a ese luchador con nivel de Gran Maestro así de fácil. Sentían que el corazón se les iba a salir pronto por la boca.

Hacía un momento estaban alegres porque Linshan había sido la desafortunada víctima y estaban listos para celebrar. Pero… ¿y ahora? Alguien aún más aterrador había aparecido en Bei’an y había matado a todos sin hacer un solo ruido. ¡Era un demonio! Preferirían enfrentarse a los hombres de Donghai antes que presenciar esta escena y Jiang Ning ya había dicho que iba a acabar con todos de un solo golpe.

—¿Quién... quién eres? —gritó asustado Yang Xu.

—¿No me estuvieron esperando todo este tiempo? —Jiang Ning los miró y se acercó.

—¿Eres de Donghai? ¡Eso es imposible!

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar