La Caída y el Rescate del Amor romance Capítulo 148

"David, quiero que estemos juntos."

Al escucharlo, David tenía los ojos tan profundos como la tinta.

Selena lo miraba con los ojos entrecerrados, no se perdía ni una sola expresión.

Su rostro era demasiado serio, no podía encontrar ninguna pista.

"¿Qué, no quieres?"

La mano de Selena que sostenía su camisa gradualmente aflojó su agarre.

Ella simplemente no podía entender lo que él estaba pensando.

Justo cuando estaba a punto de soltarlo, él apretó fuertemente su mano.

Luego, la arrastró hacia afuera.

Por un momento, ella estaba un poco confundida.

"David, ¿qué estás haciendo?"

"Vamos a casarnos."

¡El corazón de Selena dio un salto!

¡Este hombre, era demasiado directo!

Al pasar por la puerta, Selena agarró el marco.

David tuvo que detenerse y voltear a verla.

Selena no sabía si reír o llorar, "¿Quién te dijo que me casaría contigo?"

"Tú, hace un momento."

Selena le sonrió, "Solo acepté tu cortejo, Sr. Terrén."

David estaba insatisfecho, "¡Eso es como aceptar el matrimonio!"

Selena se apoyó contra el marco de la puerta, mirándolo divertida y dijo: "¡Estás soñando! ¿Crees que después de una semana de cortejo puedes saltarte todo el proceso y casarte?"

"¿Proceso?"

Selena apoyó la parte posterior de su cabeza contra el marco de la puerta y suspiró suavemente.

"Aunque tengo 26 años y ya es hora de casarme, ¿no debería experimentar cómo se siente tener una relación?"

"¿Estás intentando torturarme, eh?", su voz baja estaba llena de tentación, "Finalmente aceptas, pero te alejas cada vez más. Eres despiadada."

Selena sintió que su corazón se aceleraba. Su cercanía, su fuerte presencia, su forma de tentarla, ella simplemente no tenía tanta resistencia.

"No es que vivamos juntos de todos modos."

"Pero puedo verte todos los días."

Las orejas de Selena se pusieron rojas.

Este hombre...

Conquistó su corazón en solo una semana, ¡y no tenía intención de rendirse!

"¿Entonces qué significa ser despiadada?"

Está bien, ella lo admitía, ¡realmente no quería que se rindiera!

¡Ya tenía 26 años!

¡No podía disfrutar de las dulces palabras de un hombre!