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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 173

¡Ni siquiera ella podía acercarse al señor Ayala!

¿Por qué Úrsula sí?

¿Qué tenía Úrsula que no tuviera ella?

Saber que Úrsula era ahora la novia de Israel era peor que si la hubieran matado.

A Yolanda también le pareció una locura.

—¡Santi, seguro que te equivocaste! Úrsula no es más que una mujer de segunda mano. Olvídate del señor Ayala, ¡ni siquiera los ricos de medio pelo la querrían! El señor Ayala no está ciego.

Era Israel, después de todo.

¡El magnate en la cima del mundo financiero!

Un hombre como Israel, ¿qué tipo de mujer no podría tener?

¿Iba a querer a una campesinita divorciada?

Hasta con los ojos cerrados se sabía que era imposible.

Santiago se sentía abatido, y dijo con voz tensa:

—Pero esa persona… se parecía mucho al señor Ayala…

Muchísimo…

Hasta ahora, Santiago seguía sintiendo el miedo que le infundía Israel.

—¿Que se parecía? ¡En este mundo hay mucha gente que se parece! ¿Acaso todos son el señor Ayala? —dijo Yolanda con desdén—. Esa campesinita solo quiere llamar tu atención de esa manera. Santi, a partir de ahora, no la contactes más, no la busques. Si tú no la buscas, ella vendrá a buscarte a ti. ¡Sabe perfectamente que irás a buscarla, por eso se atreve a darse esos aires!

Cuando Úrsula se diera cuenta de que a Santiago no le importaba en absoluto, volvería a rogarles por su cuenta.

Cecilia entrecerró los ojos.

—Mi tía tiene razón. Esa campesinita de Úrsula, ¿cómo iba a poder conquistar al señor Ayala? Ese hombre debe de ser un actor que contrató. Primo, si vuelve a buscarte, tienes que ponerle reglas. ¡No puedes perdonarla tan fácilmente como esta vez!

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