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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 176

Poco después de que César se fuera, Israel también se despertó. Aunque solo había dormido media hora, se sentía mucho más descansado.

Al levantarse, primero se lavó la cara con agua fría y luego se sentó en el escritorio de la oficina. Faltaban quince minutos para la una. Israel entró primero a *Leyendas del Alba*.

Quería ver si Phyllis había resuelto la partida que le había dejado, "Asesinato".

Pero Phyllis no se había conectado desde ayer.

Eso decepcionó un poco a Israel.

Israel se masajeó las sienes con los dedos y cogió al azar el libro *Historias de Inversión* que estaba sobre el escritorio, abriéndolo en la página donde se había quedado.

Si César hubiera estado allí, se habría sorprendido al descubrir que no era un libro de finanzas, sino una versión disfrazada de *Cómo conseguir que una chica se enamore*.

Israel leyó atentamente el texto.

[Compañeros, recuerden: si consiguen el WhatsApp de una chica, asegúrense de publicar con frecuencia en Instagram para que ella esté al tanto de sus movimientos, porque el deseo de compartir es la mejor declaración de amor. Además, si le gustas a la chica, ¡seguro que te dará un "me gusta"!]

¿El deseo de compartir es la mejor declaración de amor?

¿Qué clase de tontería era esa?

¡Qué ridículo!

¡Él nunca publicaría en Instagram!

¡Jamás publicaba en Instagram!

Israel cerró el libro y se acercó al ventanal. En Inglaterra era invierno, y el paisaje exterior estaba cubierto de nieve. Desde lo más alto, se podía contemplar toda la belleza del lugar.

Unos segundos después, Israel cogió su celular, tomó una foto y la compartió en Instagram con el siguiente texto:

[En un día, viví el invierno y el verano.]

Apenas había terminado de publicar en Instagram, sonaron unos golpes en la puerta, seguidos de la voz respetuosa de su secretario:

—Señor Ayala, el presidente y el representante del Grupo KD ya están en la sala de juntas.

—Entendido, diles que esperen un momento, llego en tres minutos. —Después de confirmar que la publicación de Instagram se había subido, Israel apagó el celular.

Tres minutos después, Israel apareció en la sala de juntas.

Durante la conversación, el presidente de KD, Cristian Lobos, y el representante, Lionel Leduc, notaron que Israel estaba un poco diferente de lo habitual. Revisaba su celular casi cada cinco o seis minutos.

Y cada vez que lo hacía, su rostro se ensombrecía.

Israel ya de por sí tenía una expresión seria, y después de varias miradas al teléfono, la tensión en el ambiente se hizo cada vez más palpable.

Cristian y Lionel se pusieron cada vez más nerviosos, con un sudor frío corriéndoles por la espalda. ¿Sería que no estaban haciendo un buen trabajo y el señor Ayala estaba insatisfecho?

¿Qué harían?

¿Acaso el señor Ayala iba a cancelar la colaboración con ellos?

***

En ese momento era de tarde en Inglaterra.

En Mareterra ya era la mañana del día siguiente.

Úrsula tenía la costumbre de salir a correr por las mañanas.

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