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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 240

Hay cosas que es mejor dejar insinuadas.

Cuando ese charlatán hiciera que la enfermedad de Eloísa empeorara, los Gómez no tendrían más remedio que buscarla, y después, estarían tan agradecidos que la verían como su salvadora.

Pensando en eso, Alejandra, desde un ángulo donde nadie podía verla, dejó escapar una leve sonrisa en la comisura de sus labios.

...

En otro lugar.

Úrsula esperaba abajo, afuera del hotel, a que llegara el carro de la familia Gómez.

Mientras tanto, el carro de los Gómez ya estaba por llegar.

El chofer conducía y, en el asiento de atrás, iban Gael y Valeria.

Valeria no dejaba de mirar por la ventana, inquieta.

—¿No dijo Inés que la doctora Méndez estaría aquí por la banqueta? —preguntó, mirando a todos lados—. ¡Pero no la veo!

Había un montón de gente en la calle.

Pero la mayoría eran jóvenes turistas, algunos con mochilas, otros haciéndose fotos.

En la mente de Valeria, la famosa doctora Méndez, aunque fuera joven, debía tener unos cuarenta o cincuenta años, mínimo.

Gael sacó su celular.

—Voy a llamarle, mejor.

Inés ya les había pasado el número de Úrsula.

—Sí, márcale —apremió Valeria.

Gael tecleó el número y lo puso en altavoz.

Al otro lado contestaron casi de inmediato.

—¿Hola? —dijeron, con una voz clara y encantadora.

Sonaba joven.

Demasiado joven.

Había algo en ese timbre, tan puro, que Valeria se quedó boquiabierta, sin poder creerlo. Hasta Gael se sorprendió.

Aunque Inés les había dicho que la doctora Méndez era joven, jamás imaginaron que su voz fuera tan juvenil.

Si uno se dejaba llevar solo por el sonido, habría jurado que era una chica de dieciocho o diecinueve años.

Claro, hay personas que conservan la voz juvenil aún a los setenta u ochenta, pensó Valeria. Seguramente la doctora Méndez era de esas.

Capítulo 240 1

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