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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 244

Ellos no iban a dejarse engañar por una chamaca cualquiera.

Ya verían.

Muy pronto, Úrsula sería echada del hospital sin miramientos.

Pensando en esto, la comisura de los labios de Alejandra se curvó en una mueca de triunfo.

Felipe fue el primero en reaccionar; se acercó de inmediato a Úrsula.

—Doctora Méndez, tenía mucho tiempo queriendo conocerla. ¡De verdad que es usted todo un ejemplo, tan joven y ya tan destacada!

—Eso mismo pienso, doctora Méndez, es admirable ver a alguien tan joven con ese talento —agregó otro de los hermanos, asintiendo con entusiasmo.

El resto de los hermanos Gómez siguieron el ejemplo, todos mostrando su acuerdo con palabras y gestos.

Aunque era la primera vez que los hermanos Gómez veían a Úrsula, y a pesar de que su juventud y apariencia no coincidían con la imagen que uno esperaría de una médica prodigiosa, ninguno de ellos dudó de ella. Al contrario, sentían una confianza inexplicable, como si ya la conocieran de antes.

Una confianza firme, sin titubeos.

Este ambiente no tenía nada que ver con lo que Alejandra había imaginado.

Ella estaba convencida de que, al ver lo joven que era Úrsula, los hermanos Gómez la echarían del cuarto sin pensarlo dos veces.

Pero lo que sucedió…

¡La elogiaron por ser tan joven y sobresaliente!

¿Acaso se habían vuelto locos?

¿De verdad creían que esa mocosa tenía algún conocimiento médico?

¡Qué absurdo!

Al parecer, le tocaría a ella misma dejar al descubierto la verdadera cara de Úrsula.

Valeria, con voz serena, fue presentando a los hermanos Gómez uno por uno.

Úrsula los saludó con cortesía:

—Mucho gusto, señores Gómez.

Tal vez por la sangre que compartían, los hermanos Gómez se parecían mucho entre sí.

Sus rasgos eran tan marcados, que era fácil distinguirlos en cualquier multitud.

Y todos tenían una apariencia muy atractiva.

Cuando terminaron los saludos, Úrsula miró a Valeria.

—Señora Gómez, ¿podría llevarme a ver a Eloísa?

—Claro, mi madre está en la habitación del fondo. Sígame, por favor.

Todos se pusieron en marcha hacia la habitación.

Al entrar, vieron a Eloísa tendida en la cama.

Capítulo 244 1

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