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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 258

—Está bien, señora —respondió el mayordomo, girando sobre sus talones y saliendo del salón.

Poco después, Alejandra entró desde el exterior.

Era la primera vez que Alejandra visitaba la casa de la familia Gómez.

Apenas puso un pie en el vestíbulo, se quedó sin palabras ante el lujo que la envolvía.

Aunque la familia Solano era la más poderosa de Villa Regia y la mansión Solano era bastante impresionante, al compararla con la residencia de los Gómez, aún quedaba corta.

La familia Gómez vivía en la zona más exclusiva de Río Merinda.

El vestíbulo, decorado con una opulencia abrumadora, parecía sacado de una revista de sueños. Incluso los adornos más simples llevaban las firmas de marcas internacionales de lujo. Un solo adorno costaba lo mismo que una casa para una familia común.

No por nada llamaban a los Gómez los “emperadores” de Río Merinda. Su fama estaba más que justificada.

Alejandra no pudo evitar mirar a su alrededor, maravillada.

Pensar que algún día sería la dueña de ese lugar la llenaba de emoción y ambición. Estaba decidida: se esforzaría al máximo. No solo heredaría la familia Solano, también conquistaría a la familia Gómez.

Entrecerró los ojos, conteniendo la codicia que brillaba en su mirada, y avanzó hacia el interior del vestíbulo.

—Eloísa, ¿cómo sigue su salud? Le traje algunos suplementos especialmente para usted —dijo con una sonrisa, mostrando su mejor cara.

En el fondo, Alejandra sabía que Eloísa no necesitaba ese tipo de cosas. Pero lo importante era el gesto.

Apenas terminó de hablar, notó a Úrsula sentada junto a Eloísa. Y, para colmo, Úrsula le sostenía la mano con una familiaridad que resultaba incómoda.

Parecían abuela y nieta de verdad.

Alejandra bufó en silencio. Qué descarada era esa Úrsula. Solo porque Eloísa le había llamado “Ami” cuando estaba desorientada el día anterior, ¿ahora se creía de la familia?

¿Y todavía se atrevía a aparecerse en la casa de los Gómez como si nada? ¿Con qué derecho?

Eloísa miró a Alejandra y asintió con gentileza.

—Me he sentido mucho mejor gracias a los cuidados de Úrsula. Toma asiento, Ale —le indicó con una sonrisa.

Capítulo 258 1

Capítulo 258 2

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