Entrar Via

La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 278

Ella se había esforzado tanto por superarse, dando todo de sí para salir adelante, y aun así seguía atrapada en una vida llena de carencias.

¿Y Úrsula?

Úrsula no tenía que mover un solo dedo, y aun así se convertía en la niña consentida que todos envidiaban.

¿Por qué Dios tenía que ser tan injusto con ella?

...

Cuando los padres de la familia Blasco regresaron a casa, apenas abrieron la puerta y vieron a su hija, su yerno y su nieta sentados en el suelo, llorando desconsolados, se asustaron de inmediato.

—¿Qué pasó aquí? ¿Por qué están así? —preguntó la señora Blasco, dejando a un lado las bolsas que llevaba en la mano, con el corazón encogido.

El señor Blasco, al ver la escena, fue directo a levantar a Virginia, con la cara llena de preocupación.

—Virgi, levántate, hija. Cuéntale a tus abuelos, ¿qué fue lo que pasó?

Fabiola se lanzó a los brazos de su madre, sollozando.

—¡Mamá! ¿Por qué tenemos tan mala suerte en esta familia?

Demasiada mala suerte.

¡Estuvieron a un paso de alcanzar la riqueza!

—¿Mala suerte? —repitió la señora Blasco, desconcertada.

Gracias a la familia Ríos, ahora vivían con cierta comodidad, disfrutando de una vida tranquila y sin grandes apuros. ¿De dónde salía eso de la mala suerte?

—Hija, pero si ahora hasta tenemos un departamento espacioso, y las cosas solo van a mejorar. ¡No puedes decir que estamos de malas!

¿Un departamento amplio?

Al escuchar eso, Fabiola no pudo evitar mirar a su madre con una mueca de burla.

¿Qué importaba un departamento así en comparación con una familia adinerada?

Ni siquiera una mansión le devolvería ahora la paz.

Porque...

¡Se trataba de la familia Solano y la familia Gómez!

¿Cómo podía resignarse?

El señor Blasco ayudó a Virginia a levantarse y luego jaló a José Luis del suelo.

—José Luis, anímate, dime qué está pasando.

José Luis levantó la cabeza, con la cara desencajada, y soltó:

—Suegro, suegra, ¿ustedes se enteraron de que la familia Solano y la familia Gómez encontraron a su heredera?

El señor y la señora Blasco asintieron.

—Sí, claro que nos enteramos. Escuchamos que esa muchacha incluso vive aquí en San Albero.

Era la noticia del momento. Todo el mundo hablaba de la chica, sobre todo porque la protagonista de la historia era originaria de San Albero.

Capítulo 278 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Cenicienta Guerrera