—¿Nunca ha ido a Francia? —Laurent no pudo ocultar su asombro—. ¿Señorita Solano, escuché bien? ¿Cómo es posible que no haya visitado Francia y aun así hable francés tan bien?
—Así es, no escuchó mal. Aprendí por mi cuenta viendo televisión y comprando libros para estudiar en casa.
Los ojos de Laurent reflejaban una admiración genuina.
—¡No cabe duda, usted sí que es descendiente de la familia Solano!
—Gracias, de verdad me halaga —respondió Úrsula, manteniendo esa actitud tranquila y segura, sin alardear, pero tampoco restándose mérito.
De pie en medio del bullicio del salón de la fiesta, Úrsula parecía un bambú que crece aislado: firme, elegante y serena.
Simón y Lydia observaban todo desde un costado.
En un principio, pensaban intervenir para respaldar a su sobrina.
Pero, para su sorpresa, ella no necesitaba que nadie la defendiera.
Simón sentía un orgullo que le llenaba el pecho.
—¡Ami es increíble! ¡Qué carácter! Así se nota que lleva la sangre de los Gómez. ¡Ese temple es de los nuestros!
Como su tío, Simón no podía estar más contento.
Lydia sonrió y añadió:
—El papá de Ami es Álvaro y su mamá es Valentina. Con unos padres tan valientes, era imposible que su hija saliera tímida.
Hija de tigres, tenía que ser tigre.
Simón asintió convencido.
—Eso que dices es cierto, soñadora. Nuestra Ami es una tigresa chiquita.
Una tigresa encantadora, pensó para sí.
Lydia aprovechó para desahogarse.
—Luna sí que se vio mal. Es la tía de Ami, ¿y en vez de defenderla se pone de su lado cuando la atacan? Por suerte, Ami no es ninguna dejada.
Acababa de presenciarlo todo.
Luna no solo no había sacado provecho de la situación, sino que terminó llevándose una gran lección de Úrsula.
Al mencionar a Luna, el semblante de Simón se ensombreció.
—Es solo una que se casó fuera de la familia, y aunque estire la mano, no va a lograr gran cosa. Además, Ami cuenta con nosotros. Si Luna se atreve a molestarla, yo seré el primero en defenderla.
Pase lo que pase, Úrsula siempre tendrá detrás a la familia Gómez.
Siempre los tendrá a ellos.
Eran el mayor respaldo de Úrsula.
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