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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 402

Ahí estaba el arte de la manipulación.

Aunque parecía que cada palabra de Alejandra era en defensa de Úrsula, en realidad no hacía más que manchar su nombre.

[Ay, no puede ser, mi Alejandra es demasiado buena. Amelia es una víbora contigo y tú todavía la defiendes.]

[¿Buena? Kari, ¿estás segura de que usaste la palabra correcta? ¿A eso le llamas ser buena?]

[¡Ja! ¡Me da risa, de verdad!]

[¡Alejandra es un ángel por perdonar a alguien como Amelia!]

[Sabía que no me equivocaba al seguirte. Un día más amando a Kari.]

[¡No entiendo cómo alguien puede ser tan repugnante como para suplantar a otra persona y hacerlo con tanto descaro!]

[...]

—¡Vaya, vaya! ¿No es la señorita Solano? —Margarita Ponce se plantó frente a Úrsula con un tono cargado de sarcasmo—. ¡Por fin llegaste! Pensé que te ibas a acobardar y no vendrías.

Detestaba a la gente que le robaba a los demás.

Úrsula giró la cabeza con calma y respondió con una voz serena:

—Señorita Ponce, le sugiero que mida sus palabras hasta que se aclare lo de la foto de espaldas.

Su voz, aunque tranquila, resonó con firmeza.

—¡Uy, uy, uy! ¡Parece que alguien se alteró! —Margarita entrecerró los ojos—. Señorita Solano, si no tuvieras nada que esconder, ¿por qué te pones así?

—¿A ti no te molestaría que un perro te ladrara? —replicó Úrsula, arqueando una ceja.

Capítulo 402 1

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