La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 454

El Monte Nube.

El célebre café de Monte Nube se cosechaba precisamente allí.

Con una altitud de 2,890 metros, aunque la montaña no había sido desarrollada para el turismo, sus picos escarpados y formaciones rocosas ofrecían un paisaje espectacular.

El grupo avanzaba, admirando la vista a lo largo del camino.

El clima era perfecto.

A pesar de la densa vegetación del bosque, la visibilidad era excelente. Era primavera, y las plantas brotaban por doquier, con flores rojas y pasto verde que refrescaban la vista.

Úrsula llevaba una chamarra rompevientos blanca y negra, y botas de montaña profesionales. Caminaba con ligereza en el centro del grupo. Cuando veía un paisaje hermoso, sacaba su celular de inmediato para tomar una foto y enviársela a Israel.

[Estoy revisando unos documentos. [Imagen.jpg]]

Israel, de forma automática, le informaba de su paradero, adjuntando una foto de una pila de archivos pendientes.

[Entonces sigue trabajando. Yo te mando mis fotos, y ya me respondes cuando tengas tiempo.]

[De acuerdo.]

Elvira caminaba al final del grupo junto a un hombre.

Él llevaba un cubrebocas que dejaba al descubierto unos ojos especialmente atractivos, con la forma típica de los ojos de zorro, ligeramente rasgados hacia arriba, y pestañas largas y espesas. Su figura era esbelta y destacada. Vestía una chamarra rompevientos negra y, a pesar del cubrebocas, su presencia era imponente. Era veinte centímetros más alto que Elvira, quien medía un metro sesenta y ocho.

Era su primo.

Jaime Farías.

Jaime había sido débil desde niño, incapaz de cargar peso o hacer esfuerzos. Aún ahora, era un hombre de belleza frágil, propenso a enfermarse al menor descuido: desde un simple resfriado hasta una recaída de sus viejas dolencias.

La verdadera razón por la que Elvira organizó la excursión fue Jaime.

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