—El dinero —dijo Úrsula sin rodeos.
Carina, aún soportando el dolor, replicó:
—Me tienes sujetada la mano, ¿cómo quieres que pague?
Úrsula arqueó una ceja.
—¿No te queda una mano libre?
Carina respiró hondo. No le quedaba más remedio que aguantar el dolor y sacar el celular de su bolso con una sola mano. Estaba bien. A veces hay que ceder para ganar después. ¡Pero ya verían! En cuanto se casara con Santino, se las haría pagar a esta mocosa.
Úrsula miró a Dominika.
—Domi, dale tu código para que te pague.
—¡Claro! —asintió Dominika, mostrando de inmediato el código QR en su celular.
¡Ding!
Transferencia recibida por trece mil pesos.
Al escuchar la notificación, Úrsula finalmente soltó a las dos mujeres. Carina sintió un alivio inmenso. Gloria, olvidando su propio dolor, corrió a su lado.
—Cari, ¿estás bien?
La expresión de Carina era sombría.
—Estoy bien —dijo entre dientes.
Desde que estaba con Santino, todos la habían tratado con guantes de seda. Era la primera vez que sufría una humillación así.
Gloria, sosteniendo el brazo de Carina, miró con furia a Úrsula y Dominika.
—Dominika, por haber ofendido a Cari, están acabadas. ¡Ya verán! ¡En menos de seis meses, tanto tu familia como tu amiga desaparecerán de este mundo!
Con el poder de los Gómez, hacer desaparecer a dos personas era un juego de niños.
Pero ni Úrsula ni Dominika parecieron captar la gravedad del asunto.
Dominika miró a Gloria y se rio.
—Gloria, mejor preocúpate por ti misma. La que está a punto de hundirse es tu familia, los Millán. El Grupo Millán se está cayendo a pedazos. Si no, ¿por qué estarías aquí, haciéndole la corte a Carina? Solo si la mantienes contenta tienes alguna posibilidad de recuperarte.
Las palabras de Dominika fueron como puñales. La cara de Gloria se transformó en una máscara de indignación.
Sin añadir nada más, Dominika tomó del brazo a Úrsula.
—Úrsula, vámonos. No perdamos el tiempo con este par de locas.
Tenía la ropa empapada de café y necesitaba cambiarse de inmediato.
Mientras se alejaban, el rostro de Gloria palideció de ira.
—¡Dominika, te lo advierto, el novio de Cari es de la familia Gómez...!

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