Entrar Via

La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 503

Amenazar a Santino con quitarse la vida era la táctica habitual de Carina. También era la única que funcionaba con mayor rapidez, por lo que la usaba una y otra vez sin dudarlo.

Para Carina, la llegada de Úrsula solo podía significar una cosa: venía a arrebatarle el Azul Celeste.

Pero, ¿con qué derecho?

El Azul Celeste era suyo. Úrsula no podía quitárselo.

«Ya verás», pensó. En cualquier momento, Santino flaquearía y vendría a rogarle que no se matara.

Una sonrisa de suficiencia se dibujó en los labios de Carina, sus ojos brillando de triunfo.

Un segundo después, Santino se detuvo.

La expresión triunfante de Carina se acentuó.

Lo sabía. Sabía que Santino se asustaría.

—¡Santino, quiero que rompas toda relación con Úrsula ahora mismo! ¡Que nunca más la reconozcas como tu hermana! —En un principio, Carina no quería rebajarse al nivel de Úrsula, pero lo que había hecho era simplemente repugnante.

Intentar llevárselo y quitarle el Azul Celeste.

Qué ridículo. ¿Acaso Úrsula pensaba que era tan fácil de intimidar?

Carina entrecerró los ojos y continuó:

—Voy a contar hasta tres. Si para entonces no has roto con ella, ¡saldré corriendo y dejaré que un carro me atropelle!

—Tres… dos…

Justo cuando iba a decir «uno», Santino habló:

—Pues entonces, deja que un carro te atropelle.

Su voz era gélida. El asco que sentía por Carina en ese momento era tan intenso que no quería dirigirle ni una palabra más. Se sentía inmensamente afortunado de haber descubierto su verdadera naturaleza antes de la boda.

De lo contrario, las consecuencias habrían sido inimaginables.

Al oír las palabras de Santino, Gloria, que estaba a su lado, se quedó petrificada.

¡Dios mío! ¿De verdad eso lo había dicho Santino?

Por lo que ella sabía de él, en una situación así, ya debería estar aterrorizado, a punto de pedirle perdón a Carina. Pero en lugar de eso, ¡le estaba diciendo que se muriera!

Gloria incluso pensó que estaba oyendo cosas.

Carina también se quedó pasmada, con una expresión de incredulidad total en el rostro.

¿Se había vuelto loco?

—Santino, ¿sabes lo que estás diciendo? —gritó Carina, furiosa—. ¡Yo te salvé la vida! ¿Vas a ser un malagradecido? ¡Si no fuera por mí, estarías muerto! ¡Soy como una segunda madre para ti en este mundo!

Úrsula levantó la vista y la miró con desdén.

—Carina, deja de jugar a lo mismo. Ya te lo dije, las mentiras tienen patas cortas.

Su voz, ni alta ni baja, fue suficiente para que Carina la oyera.

Las mentiras tienen patas cortas.

Era la segunda vez que Carina escuchaba esa frase de boca de Úrsula.

¿Qué estaba pasando? ¿Acaso Úrsula de verdad sabía algo?

No. Imposible. No podía ser.

Carina volvió a mirar a Santino.

Capítulo 503 1

Capítulo 503 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Cenicienta Guerrera