—De acuerdo —asintió Pedro.
—Pedro, ¿vas a estar muy ocupado estos días? —preguntó Alejandra.
—Sí, un poco —respondió él, terminando el postre—. Pero el diseño ya casi está listo. Cuando lo termine, nos iremos de viaje.
¿Listo?
—¿Cuánto te falta? —preguntó Alejandra.
—Unos cinco o seis días, por lo menos.
—¿Tanto? —dijo ella, con un brillo en los ojos—. Pedro, eres tan talentoso, un diseño no debería llevarte tanto tiempo.
—Este es diferente. Es para un concurso. Marcos y yo le hemos dedicado mucho tiempo.
No solo era para un concurso, sino que el futuro de la empresa dependía de él. Si lo conseguían, Joyería CL se convertiría en un grupo global. Estaba muy seguro de su obra. ¡Cuando saliera a la luz, sorprendería al mundo!
—¡Pedro, eres tan bueno! ¡Seguro que ganas el primer premio! —dijo Alejandra.
—Ojalá tus palabras se hagan realidad, Ale —respondió él con una sonrisa. De repente, se acordó de algo—. Por cierto, ¿te ha añadido Marcos a WhatsApp?
—Supongo —dijo Alejandra, que no tenía ningún interés en hablar con él—. No he mirado el celular.
La familia de Marcos era humilde. ¡No tenía derecho a ser su pretendiente!
—Sí, no le contestes enseguida. Hazte la difícil. Que espere un poco.

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