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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 652

—Gracias —dijo Pedro, y empezó a tomar el consomé.

Alejandra entrecerró los ojos, su mirada fija en la computadora de Pedro.

—Bueno, al menos esta noche podrás dormir bien.

—Ni me digas —respondió él tras terminar. Dejó el tazón en la mesa y se estiró—. Llevo semanas sin dormir una noche completa.

—Entonces no te interrumpo más —dijo Alejandra, recogiendo el tazón—. Anda a bañarte y a descansar.

—Gracias, Ale.

Pedro de verdad se sentía exhausto.

—Me voy a bañar.

Alejandra salió del estudio, y Pedro fue directo a su habitación. Justo cuando terminaba de bañarse y se preparaba para dormir, alguien tocó a la puerta.

—¿Quién es? —preguntó mientras se secaba el pelo.

—Soy yo, Pedro —respondió la voz de Alejandra.

—Un momento, Ale.

Se vistió y fue a abrir. Alejandra lo esperaba con un vaso de leche.

—Pedro, te la calenté. Un vaso de leche antes de dormir ayuda a conciliar el sueño. Que descanses.

—¡Ale, eres un sol!

Ella sonrió.

—Para eso estamos los hermanos. Oye, bébetela mientras está caliente, que si se enfría le sale un sabor raro. En cuanto termines me llevo el vaso a la cocina para lavarlo.

—Claro.

Pedro se bebió la leche de un solo trago. Mientras lo hacía, un brillo fugaz cruzó los ojos de Alejandra. Él le devolvió el vaso vacío.

—Gracias por todo, Ale.

—No es nada, Pedro —respondió ella con una sonrisa dulce—. Buenas noches, yo también me voy a dormir.

—Buenas noches.

El cansancio acumulado venció a Pedro. Apenas su cabeza tocó la almohada, se quedó dormido.

Una hora después, Alejandra regresó a la puerta de su habitación y tocó con suavidad.

—¿Pedro?

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