Además, ¿cuántos años tenía Úrsula? ¿Qué clase de conocimientos médicos podía tener? Emilio sospechaba que la historia de la curación de Álvaro era una farsa de los Solano para realzar la imagen de su heredera divorciada. Le habían inventado una reputación de médica milagrosa para que pudiera establecerse con firmeza en Villa Regia. Estas cosas eran comunes en los círculos de la alta sociedad, aunque nadie se atrevía a decirlo en voz alta.
De hecho, Emilio se había opuesto a que su abuela llamara a Úrsula, pero en ese momento no había podido conseguir la Pastilla Smith y la salud de su padre era prioritaria. Fue por pura desesperación que accedió. Lo que no esperaba era que su abuela actuara con tanta rapidez. Apenas le dio el visto bueno, ella ya había traído a la joven a casa.
Sabía que era de mala educación interrumpir así, pero si permitía que Úrsula tratara a su padre y algo salía mal, se arrepentiría toda la vida. Tenía que detenerla.
—¿Me permite ver la Pastilla Smith? —preguntó Úrsula, guardando la aguja de oro.
—Claro —dijo Emilio, y le entregó la caja.
Úrsula leyó la lista de ingredientes y frunció el ceño. Pensó que, después de saber que la fórmula que le había dado a Bianca no era apta para todos los casos de epilepsia, Smith abandonaría su plan. Pero no solo no lo hizo, sino que usó la fórmula tal cual para crear su supuesto medicamento milagroso.
—Jazmín, ¿están seguros de que no es una falsificación? —preguntó la abuela Cáceres, preocupada—. Decían que solo se vendía a los norteños. Mejor que la señorita Solano trate a Adán.
Aunque su nuera y su nieto insistían en que la fama de Úrsula era una invención, ella no estaba tan segura. Conocía a Marcela desde hacía mucho tiempo y sabía que no se prestaría a algo así. Además, ¿cómo podría una farsante haber despertado a un hombre que llevaba veinte años en coma? Para ella, Úrsula tenía un talento real.
—Tranquila, mamá, no es falsa —la tranquilizó Jazmín—. Emilio se esforzó mucho para conseguirla de un norteño. El hombre la había comprado para su hija, pero lamentablemente, la chica falleció en un accidente justo después. Emilio se la compró por diez veces su valor.

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