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La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 71

Para Fabiola, Úrsula no solo era una campesina inútil, sino también una niña salvaje de origen desconocido y sin clase. No le llegaba ni a los talones a Virginia. Virginia sabía ballet, piano y tenía todo tipo de talentos. ¿Qué sabía hacer Úrsula? A lo mucho, servir de payaso para aplaudirle a Virginia desde el público.

¿Y una persona así pretendía entrar a la Escuela Montecarlo? Estaba soñando despierta. Qué descaro.

Fabiola apartó la vista y se dirigió a su preciosa hija.

—Vámonos, Virgi, no la mires más. Relacionarse con gente como ella solo te rebaja.

—Sí, mamá —asintió Virginia, siguiendo a su madre.

Tras caminar unos pasos, se encontraron con una compañera de clase. Virginia, tomando del brazo a Fabiola, la saludó con la cabeza en alto.

—Melinda, ¡qué coincidencia!

Antes, Virginia nunca habría saludado a esa chica por iniciativa propia. La familia de Melinda era muy rica y su madre siempre vestía de marca, mientras que la familia Blasco era de clase media. Para pagarle todas sus clases extra, la ropa de Fabiola nunca costaba más de doscientos pesos. Virginia, con su gran orgullo, no quería que nadie viera que tenía una madre tan común.

¡Pero ahora era diferente!

Gracias a la ayuda de la familia Ríos, los Blasco no solo vivían en una casa nueva, sino que también habían recibido una suma de trescientos mil pesos. Con ese dinero, José Luis Méndez y Fabiola habían alquilado un local y puesto un negocio. ¡La familia Blasco ya no era la de antes! Virginia vestía ropa de más de dos mil pesos y hasta el bolso que llevaba Fabiola costaba veinte mil.

—Virgi, ¿es su mamá? —respondió Melinda con una sonrisa.

—Sí, es mi mamá —asintió Virginia, con un aire de superioridad.

La mirada de Melinda se posó en el bolso de Fabiola.

Capítulo 71 1

Capítulo 71 2

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